La plantilla del Bada Huesca no tiene claro si subirá al autobús para viajar a Segovia donde abre la Asobal 2020/21 contra el Nava este miércoles. La razón, un positivo en Covid-19 de un jugador de Ademar León contra el que el equipo castellano jugó un amistoso el pasado miércoles. Así las cosas, las luces de alarma se han encendido. O más bien, tienen más potencia en el volcán donde se asienta el balonmano español con el cruce de comunicados entre la Rfebm y la Asobal con el coronavirus como excusa para zarandearse.
De momento, lo único seguro del Bada Huesca es que esta tarde se hace la foto oficial de la temporada y luego entrenará. A partir de allí, cuándo comenzará a competir empieza a coger tintes de incógnita, porque no se sabe cómo actuar. Al no ser el balonmano un deporte profesional, como sí lo es el fútbol de Primera y Segunda, y el baloncesto de ACB, todo se enmaraña. Además, la falta de un protocolo de actuación dificulta tomar cualquier medida.
El positivo del jugador de León ha llevado al primer rival del Bada Huesca, el Nava, a emitir un comunicado en el que señala que ha suspendido el entrenamiento de la mañana y ha hecho pruebas de la COVID-19 a todos sus jugadores. El club castellano se queda a la espera de la segunda prueba que realicen al jugador de León y en el caso de que ésta como las practicadas a su plantilla den negativo, habrá partido contra el Bada. En caso contrario, “nos quedaremos a la espera de recibir instrucciones sanitarias”, señala el Nava en el comunicado.