No es la primera vez que la Región Aragonesa se enfrenta a esta problemática que asola a media España, y que en fechas posteriores a la efeméride: JORNADA MUNDIAL SOBRE EL MEDIO AMBIENTE, resalta mucho más por ello, junto a la presunta culpabilidad del señorío del Club citado, además, de continuar “jarreándonos” con los sinsabores medio ambientales.
Magnífica la exposición de Anna Abad, pormenorizando con detalle la situación.
Supone, un conjunto de distintas agresiones que sufren determinadas zonas, en este caso hasta cinco Vertederos ilegales denunciados, en la seguridad de que los mismos encuentran la mejor solución a través los Medios de Comunicación, mediante sus permanentes quejas que obliguen a los responsables ir otorgando soluciones a los problemas que sufre la población.
Créanme: la fuerza de los Medios es inagotable. A través de sus denuncias, habiendo tenido este humilde autor ocasión de comprobarlo en distintas ocasiones.
Estos tipos de vertederos vienen a ser como la mala hierba, aparecen y crecen en los lugares más insospechados contribuyendo a denigrar todo tipo de paisaje y salubridad.
El autor, viene siguiendo con suma atención el hecho llamativo de que, una vez más, España se ha visto condenada por el Tribunal de Justicia de la Unión Europea, en varias ocasiones, convirtiéndonos en el Estado más sancionado de la Unión Europea. Sí no se controla vamos camino de convertirnos en una extensión de Sicilia.
Igualmente, seguimos con regularidad las evoluciones de nuestro ya clásico problema y estancamiento en las Direcciones Generales pertinentes. Lugar, donde los “muros del silencio” de Bruselas, al igual que los españoles, son altos y escarpados sitios donde ciudadano o colectivo sucumbirán burocráticamente hablando.
Las mismas, suelen tener “tres paternidades responsables”: Estatal; Autonómico y Local, que suelen tirarse piedras los unos a los otros, con los contribuyentes en medio.
Prácticamente no existe una “receta magistral” contra las “inacciones” que nos toca soportar. Para eliminar este tipo de vertederos se debería recurrir a la cultura urbana y a la solidaridad vecinal. A sus denuncias, tal y como es el caso contemplado.
Hacen falta cámaras de vigilancia (si existen lugares para su instalación), “drones” y, sobre todo, más atención por parte de las autoridades. Aún así el problema tiene difícil solución.
La creación de vertederos específicos en terrenos municipales y su posterior sellado, podría aceptarse de forma provisional, pero tampoco es la solución en el tiempo.
Las Plantas de Valoración son las soluciones más idóneas, pero tienen otro gran enemigo que se une también: la falta de suelo.
Jesús Antonio Rodríguez Morilla
Doctor en Derecho (Cum Laude)
Diplomado en Estudios Avanzados U.E.
Caballero de Mérito por Real Orden Noruega