Una de las enfermedades más comunes en los meses de calor es la insolación. El hecho de realizar actividades al aire libre, ir a la playa en las horas de más sol, no beber los suficientes líquidos etc, son sólo unos simples ejemplos de por qué se puede dar esta dolencia.
¿Quién es más propenso a la insolación?
Los ancianos, los niños y las personas obesas. Éstos deberán tener en cuenta su condición y tener un mayor cuidado, que no irá más allá de unas mínimas normas de cuidado que son fáciles de asumir, como el llevar ropa clarita y ligera, buscar la sombra o evitar el ejercicio físico bajo el sol.
No hay que olvidar, que aunque sea más común la insolación en este tipo de personas, no significa que no pueda darse en una persona que se encuentre en plenas condiciones físicas, así todas las personas pueden sufrir una insolación, tengan la edad que tengan y sean como sean.
¿Cómo se puede evitar la insolación?
Para evitar esta situación, basta, como ya se ha mencionado antes, atender a una serie de cuidados entre los que incluimos:
– Estar en un ambiente fresco.
– Usar ropa ligera y de colores claros.
– No exponerse demasiado tiempo al sol y en caso de exposición, procurar evitar las horas del mediodía y de la tarde.
– Buscar sitios sombreados y descansar con frecuencia.
– Evitar grandes esfuerzos físicos y su ejercicio en zonas de calor o húmedas y realizarlas por la mañana o durante el atardecer.
– Beber muchos líquidos durante todo el día y más aún durante el ejercicio de alguna actividad.
– Evitar el consumo de bebidas alcohólicas y la exposición al sol mientras se toman medicamentos.
– Ingerir alimentos salados para compensar las pérdidas de sales durante la transpiración.
– Prestar atención al calentamiento de los automóviles, dejando que se enfríen en caso necesario.
– Prestar especial atención a los bebés y niños.
– Utilizar cremas hidratantes con filtros solares.
– No dormirse bajo el sol.
– Refrescar el cuerpo con frecuencia.
¿Cómo se presenta la insolación?
La insolación tiene varias formas de manifestarse, además cada persona puede experimentarlos de una forma diferente, pero los síntomas comunes pueden ser los siguientes:
– Cansancio.
– Sed.
– Alucinaciones.
– Orina oscura.
– Piel seca, pero no sudorosa.
– Confusión y mareos.
– Debilidad, vértigos, dolor de cabeza.
– Náuseas y vómitos.
– Aumento en el ritmo cardíaco y de la respiración.
– Fiebre.
– En los casos graves la presencia de convulsiones y pérdida de conciencia.
¿Qué hacer frente una insolación?
– Retirar al enfermo del calor.
– Tumbarlo.
– Utilizar un ventilador para reducir su temperatura.
– Elevarle los pies.
– Aplicar compresas frías por el cuello y frente.
– Darle líquidos.
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