Cuando dentro de unos años nos pregunten dónde estábamos en el 2020, a la mayoría de nosotros, ineludiblemente, se nos vendrá a la cabeza el coronavirus. Aquella pandemia originada en China con efectos de escala mundial que nos atrincheró en nuestras casas durante semanas marcando un antes y un después en la idiosincrasia de nuestro país. Si además eres aficionado del Real Zaragoza y te preguntan por esta temporada será imposible que los recuerdos de una campaña inédita no condicionen tu respuesta.
Sin duda alguna, la temporada que acontece quedará en la memoria colectiva para todos. Lo hará, en especial, para el Real Zaragoza y su gente que han visto como su ruta de regreso a Primera se ha visto obstaculizada por situaciones de fuerza mayor.
Contraste de emociones veraniegas
Con Víctor Fernández en el banquillo, tras convencerse a sí mismo de que era el hombre más apropiado para dirigir al equipo a Primera, la situación deportiva parecía estar bien encauzada. Sin embargo, cuando nadie se lo esperaba, una oferta millonaria por el que había sido la estrella y revolución del equipo la temporada anterior, Pep Biel, trastocaba los planes del técnico.
El malestar de Víctor fue visible en sus declaraciones tras la salida del balear. Ante este imprevisto, la dirección deportiva trajo a Zaragoza a toda una estrella mundial en horas bajas: Shinji Kagawa. El nipón recalaba en la capital del cierzo tras finalizar su cesión con el Besiktas y llegar a un acuerdo con el Borussia Dortmund para su traspaso. Todo un acontecimiento para la afición que se vio reflejado en las más de 7.000 personas que abarrotaron La Romareda para darle una calurosa bienvenida en agosto.
Todo un incentivo para la afición que, tras ver el buen trabajo de la dirección deportiva, comenzaba a soñar con una temporada histórica. La del regreso a Primera División.
Primer contratiempo
El club había conseguido, tras varias semanas de negociación, al que iba a ser el delantero referencia del equipo en su séptima temporada en la categoría de plata. Raphael Dwamena fue el elegido para liderar la delantera blanquiazul en su regreso a la élite. Este delantero ghanés de voluminosa envergadura y amplia zancada, proveniente del Levante UD, no había contado con muchos minutos la temporada anterior. Un hecho que poco importó a Arantegui para contratarle en forma de cesión para convertirse en el jugador mejor pagado de la plantilla. Toda una apuesta.
Dwamena se había erigido como una pieza esencial en el sistema y en el estilo futbolístico que intentaba desarrollar Víctor Fernández en los primeros meses de competición. Con el ghanés junto a Luis Suárez en la delantera y con cuatro centrocampistas por detrás, el equipo empezaba a carburar. Se conseguían buenos resultados y eso, aupó al Real Zaragoza a las posiciones privilegiadas de la tabla. A pesar de las críticas y de tener un vago bagaje goleador de solo dos dianas en 9 partidos, Dwamena siempre partía como titular. Su presencia para el cuerpo técnico resultaba indudable.
Con La Liga ya empezada y con nueve partidos disputados, la peor noticia de todas llegó dejando atónitos a propios y a extraños. Dwamena sufre una patología cardíaca que le impide, de forma indefinida, desarrollar su actividad futbolística. Un duro golpe para la plantilla que veía como su delantera se quedaba huérfana del que, en teoría, debía ser el faro que iluminase el ataque blanquillo.
No hay mal que por bien no venga. La baja de Dwamena provocó, tras unas semanas de shock emocional, una reacción positiva en el plantel maño para sobreponerse al contexto que le acontecía. Luis Suárez, que ya había demostrado su valía junto al delantero africano, dio otro paso al frente para reafirmarse como el líder en ataque. El sistema mutó para adaptarse a la baja de Dwamena. Además, Javi Puado llegó al equipo en el mes de noviembre, cedido del Espanyol, ofreciendo un rendimiento altísimo desde el primer minuto.
Plaga de lesiones en el Real Zaragoza
La temporada arrancó con las bajas del capitán Alberto Zapater por unos problemas en su rodilla y de Alberto Guitián debido a una operación de apendicitis. El primero acaba de reincorporarse a los entrenamientos tras ser baja desde el mes de mayo, cuando decidió parar y recuperarse al cien por cien.
Más allá de estas tempraneras ausencias, la primera vuelta del Real Zaragoza ha estado marcada, en parte, por las numerosas bajas que ha sufrido. Guitián, Zapater, Igbekeme, Delmás, Papunashvili, Lasure, Atienza, Cristian, Álex Blanco, Kagawa y Vigaray. Todos ellos resultaron lesionados a lo largo de la primera vuelta del campeonato. Una plaga de lesiones que ha condicionado mucho el planteamiento de los partidos para Víctor que veía como no podía contar con varios de sus titulares.
Ahora, durante la segunda parte del campeonato, las lesiones se han reducido. Parece que en ese aspecto la suerte esta acompañando al equipo. Lo único negativo ha sido la lesión hasta final de temporada de un hombre muy importante en el equipo: Javi Ros.
Viéndolo con perspectiva, la situación clasificatoria tampoco se vio muy alterada durante el apogeo de lesiones los meses finales de 2019. El equipo supo encajar bien los golpes de salud que sufrió. Salvo en dos jornadas, permaneció entre los seis primeros clasificados poniendo así las bases para el despegue producido en el 2020.
Operación Oikos y Atienza
El 26 de noviembre de 2019 nos levantábamos con una noticia que afectaba directamente al `Pichu´Atienza. El central se vio inmerso en la segunda fase de la Operación Oikos que investigaba presuntos amaños deportivos durante el año 2017. En esta operación también han sido protagonistas el futbolista Íñigo López o el ex presidente de la SD Huesca Agustín Lasaosa, entre otros.
Atienza fue detenido la mañana del martes 26 de noviembre y puesto en libertad con cargos al día siguiente tras comparecer ante el juez. Un susto para el club y la plantilla que veía como uno de los pesos pesados del equipo era detenido por, presuntamente, pertenecer a una trama criminal. El club apoyó en todo momento al jugador y apeló a la presunción de inocencia de Atienza.
Tres partidos suspendidos y los que quedan
Nunca a ningún equipo le habían aplazado tres partidos en la misma temporada. El Real Zaragoza ha sido el primer equipo profesional al que le aplazan hasta tres encuentros por causas ajenas al club. El primero de todos fue el que se tenía que haber disputado en la jornada 6 en Fuenlabrada. Los madrileños justificaron una intoxicación alimenticia de gran parte de la plantilla tras, casualmente, celebrarse las fiestas locales de Fuenlabrada. La Liga aceptó la petición y el partido quedó aplazado para mediados del mes de octubre.
Al Zaragoza no le vino nada bien este aplazamiento. Cuando transcurría la sexta jornada, el equipo se encontraba como un tiro. Mientras, por el mes de octubre, el mal juego y las bajas hicieron mella en el equipo. El partido se saldó finalmente con una victoria local por 2-1.
El segundo de esta serie de imprevistos lo protagonizó el Sporting de Gijón en su visita a Zaragoza. El equipo dirigido por Dukic estrenaba el 2020 en La Romareda. Sin embargo, tras finalizar las fiestas navideñas, un virus asoló a la plantilla del Principado. Los sportinguistas viajaron a la capital maña en buses diferentes (sanos y enfermos) para evitar el contagio. Ante la negativa de La Liga de jugar, se volvieron para tierras asturianas. Tres días después se disputó el partido con victoria zaragocista.
El final de la trilogía se vivió en una fría y lluviosa noche de enero en Anduva. El partido que se tenía que disputar el día 18 se aplazó exactamente un mes debido a las fuertes lluvias que cayeron sobre Miranda de Ebro. El colegiado del partido apreció que el estado del césped estaba impracticable y que, por ende, la integridad física de los jugadores corría peligro.
La suspensión dolió sobre todo por el multitudinario desplazamiento que realizaron los seguidores zaragocistas hasta Miranda. Más de mil aficionados se tuvieron que volver a sus casas con la impotencia que supone la suspensión, otra vez, de un partido. Finalmente, el partido entre Mirandés y Real Zaragoza acabó en empate a uno.
El Real Zaragoza afronta el coronavirus
Empezó el 2020 y el Real Zaragoza se cargaba de propósitos de cara al año nuevo. Los jugadores lesionados poco a poco se fueron recuperando. San Cristian Álvarez volvía a defender la portería del zaragocismo y la relación juego – rendimiento del equipo alcanzaba cotas muy altas.
Trepando por la tabla de Segunda División y no dando pie a error, el Zaragoza se asentaba entre los tres mejores de La Liga. Además, tras eliminar de la Copa del Rey al RCD Mallorca, era turno de enfrentarse a todo un Real Madrid en casa con una afición volcada. Pese a la derrota, las sensaciones de cara a lo que quedaba de temporada eran extraordinarias. El equipo se veía más cerca que nunca de la Primera División.
Cuando el equipo marcha segundo en La Liga y a cinco puntazos del tercer clasificado, ha saltado a escena el COVID-19 para darle un toque de dramatismo, más si cabe, a la temporada del Real Zaragoza. Este virus ha provocado la suspensión durante al menos dos semanas de todas las competiciones deportivas. Cada hora que pasa el número de contagiados aumenta y el Gobierno toma medidas cada vez más restrictivas para contener el contagio.
Este escenario conduce a meditar las posibles consecuencias que puede acarrear en la competición. Luis Rubiales, presidente de la RFEF, estipuló varios supuestos de menor a mayor grado dependiendo de la evolución del virus. Sobre la mesa está, como caso más grave, la anulación de la temporada, lo que afectaría enormemente a los intereses zaragocistas.
Por lo tanto, tras ordenar y analizar todo lo acontecido, no es descabellado afirmar que esta temporada que estamos viviendo es la más dantesca que se recuerda hasta el momento. Nadie sabe cómo acabará todo, ni si el Zaragoza volverá a jugar algún partido más de aquí a verano. Lo que si sabe el aficionado maño es que si finalmente se consigue el ansiado ascenso este será el más sufrido, peleado, extraño y meritorio de los 88 años de historia del club. Menuda temporada…