ZARAGOZA | El Real Zaragoza empató en Anduva, en un partido soso, mal jugado por el Real Zaragoza. Nunca supo imponer su plan en Anduva y la maldición del campo burgalés continúa. Fue un duelo de pura segunda división, en el que el Real Zaragoza no siguió el son de su afición, que llenó de color la grada. En ese contexto, la historia terminó de la misma forma que había empezado.
La primera mitad fue bronca, pastosa, sin dominio del Zaragoza en el juego. Si alguien mandó, pareció hacerlo el Mirandés, que provocó incertidumbre en el balón parado. No tuvo fluidez el Zaragoza, incapaz de acelerar en la circulación, inconexo en el fútbol, poco tenso en los duelos. El Mirandés ganó terreno, tejió el partido en su cueva y avanzó hasta hacer temblar al Zaragoza en los córners. En el más claro, Pablo Tomeo no acertó a rematar un gol cantado.
Las respuestas del Zaragoza llegaron desde la distancia. En la primera, Dani Tasende lanzó una falta perfecta, que buscó la escuadra de Raúl Fernández. Allí le esperó el portero, dispuesto a estropear un lanzamiento ideal. La última tentativa llegó de botas de Adrián Liso, que probó con un golpeo desde la frontal. Antes, el Mirandés había exigido la parada de Gaëtan Poussin, que estuvo firme ante un golpeo Laucher.
Víctor Fernández agitó el árbol en busca de soluciones y le dio entrada a Adu Ares e Iván Azón. Quería el técnico corregir el estatismo del grupo, sujeto siempre al balón largo y el pase al pie. Algo no cambió en la segunda mitad: el Mirandés encontró el peligro por la misma vía. El palo escupió una falta lateral, en la que Poussin no atacó el centro. Siguió perdiendo el Zaragoza duelos, mal repartido en las segundas jugadas. Víctor cambió la media y la vía de Toni Moya mejoró el panorama. Aún así, durante muchos tramos el equipo de Víctor Fernández solo progresó por el costado izquierdo, en busca del centro de Tasende.
El partido estuvo para un detalle, más fluido el Zaragoza a través del pie de Toni Moya. Agilizó las cosas, mejoró el juego, permitió el progreso de un equipo que apenas contó ocasiones. La mejor llegó en el descuento, en un remate medido, estético, plástico de Iván Azón. El balón estalló en el palo, a un paso de escribir una bonita historia. Hubiese sido el cierre perfecto, un gol de otro partido. En Anduva todo acabó como empezó, en un partido sin chicha, que el Zaragoza no supo jugar y solo estuvo cerca de ganar en el descuento.
FICHA TÉCNICA:
CD Mirandés: Raúl Fernández; Hugo Rincón, Tomeo, Tachi, Juan Gutiérrez, Julio Alonso; Reina, Gorrotxategi, Lachuer (Homenchenko, 83); Roca (Calvo, 68) y Panichelli.
Real Zaragoza: Poussin; Calero, Lluís López, Vital, Tasende; Keidi Bare (Francho, 68), Aguado (Marí, 86); P. Sans (Adu Ares, 46), Soberón (Azón, 46), Liso; y Bazdar (Moya, 68).
Árbitro: Ais Reig (Comité Valenciano). Amonestó a Keidi Bare (7), Hugo Rincón (62), Tachi (67) y Calero (93).
Mal partido del Real Zaragoza, sin embargo se compitió. Nadie habla del Mirandés, pero en los partidos anteriores había resultado un equipo muy competitivo, aguerrido y no exento de calidad. Opino que este partido, por el empuje y garra del Mirandés, en cualquiera de las temporadas pasadas se habría perdido, por lo que el punto yo lo considero muy bueno: imbatidos y segundos en la clasificación. Ahora hay que hacer “definitivamente” de La Romareda un fortín, frase que llevamos diciendo muchos años pero en donde cada vez es más fácil pintarnos la cara, por lo que empezar la nueva temporada ganando en casa sería muy importante.
Mal partido del Real Zaragoza, sin embargo se compitió. Nadie habla del Mirandés, pero en los partidos anteriores había resultado un equipo muy competitivo, aguerrido y no exento de calidad. Opino que este partido, por el empuje y garra del Mirandés, en cualquiera de las temporadas pasadas se habría perdido, por lo que el punto yo lo considero muy bueno. Ahora hay que hacer “definitivamente” de La Romareda un fortín, frase que llevamos diciendo muchos años pero en donde cada vez es más fácil pintarnos la cara, por lo que empezar la nueva temporada ganando en casa sería muy importante.