Lo más importante es que está bien. La caída de Ione Gangoiti en la competición de freeride de Kicking Horse 4* (British Columbia, Canadá) asustó. Sobre todo al ver la imagen del casco de la rider de Sallent. “No tengo nada roto y he tenido mucha suerte”, señala la esquiadora. La pala de la competición se llama ‘Ozone’. Hace dos meses fue la protagonista del Freeride World Tour, donde compite la elite del freeride. Palabras mayores.
Para los amantes de este deporte, ‘Ozone’ es una de esas palas golosas que te permite muchas variantes. El problema fue las condiciones de la nieve. “Estaba un poco rara”, acota Gangoiti. La razón es que la base se encontraba dura. Hacía mucho tiempo que no nevaba en la zona hasta que la noche anterior a la competición cayeron 6 centímetros. “Lo suficiente para tapar las piedras de la superficie a vista, pero no tanto como para esquiar sobre ellas con lo que estaba todo lleno de ‘tiburones'”, explica. Con estas condiciones, los sectores que desde la base de la montaña parecían “divertidos y asequibles”, dice, fueron cerrados y prohibidos para la competición.
Tal como se aprecia en el vídeo, Ione bajaba fuerte, rápida con un pequeño salto en la parte media del descenso y otros dos más grandes en la parte baja. El problema es que se enganchó antes de llegar a las piedras que tenía que saltar y bajó rodando. “Ha sido un enganchón tonto en un sitio donde no hay lugar al fallo… Cuando ya vi que estaba vendida intenté agarrarme a un arbolillo, pero se me escapó”, explica.
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Las consecuencias de la caída fueron el casco roto y jirones en la ropa debido a que las piedras eran punzantes. “No perdí el conocimiento, pero me bajaron al hospital con síntomas de conmoción cerebral”, señala antes de soltar que “ha quedado todo en rasguños por todo el cuerpo y un buen susto”.
La importancia del casco
El freeride tiene estas cosas y Ione subraya que el hecho de llevar casco ha sido fundamental para evitar una lesión grave. Además, ya se ha encargado una espaldera. No la llevaba porque se sentía incómoda para esquiar, pero se ha dado cuenta de que es fundamental para protegerse. E insiste en la necesidad de que quien esquíe “lleve casco. En Canadá es casi imposible ver a una persona esquiar sin casco y en España veo amigos que no lo llevan. Si yo no lo hubiera llevado muy posiblemente no podría contarlo“.
La rider de Sallent espera recuperarse de las magulladuras y del susto para asistir a la última competición de la temporada, en Crystal Mountain (Estados Unidos).