Irene Lahuerta (Zaragoza, 1996) seguirá la próxima temporada en la Liga Femenina Endesa; en esta ocasión en las filas del Campus Promete de Logroño. La aragonesa cada vez se encuentra más consolidada en la categoría, siendo una profesional que destaca por su trabajo en equipo, defensa, constancia y disciplina. Unas características de las que cualquier entrenador siempre quiere disponer. A sus 25 años recién cumplidos, ya acumula 146 partidos en la LF Endesa, entre el Mann Filter Casablanca y Al-Qázeres. Desde SPORTARAGON hemos hablado con ella.
A Logroño con la confianza de César Aneas
Irene define al Campus Promete como un “club referente” y modélico en la categoría. Siempre han tenido mucha “cercanía”, fruto también de numerosos amistosos que disputaban cuando se encontraba en Casablanca. Un factor fundamental para recalar en el equipo de La Rioja ha sido “la confianza” del técnico, César Aneas. Ahí también coincidirá con Aina Ayuso, quien ya fuera su compañera en Casablanca en la temporada 19/20.
“Me convencieron por el proyecto deportivo. Hablé con César y me gustó cómo lo tiene enfocado el club: la ilusión puesta en mi, el proyecto y poder estar cerca de casa. A César lo conozco desde pequeña, él ha sido entrenador en Mataró y nos enfrentábamos en campeonatos de España. Deportivamente tenía que seguir fuera de casa, para seguir creciendo y exprimirme como jugadora”, relata.
La ilusión puesta en mi, el proyecto deportivo y César Aneas me convencieron para ir a Logroño
Una toca estaba clara cuando saliera el calendario de la competición. Tocaba buscar cuál era la fecha del partido entre Casademont Zaragoza y Campus Promete en el Príncipe Felipe. “Fue lo primero que miré. No lo encontraba y me empezaba a poner nerviosa (risas). Jugamos en la última jornada (el 17 de abril el partido en Zaragoza). Esperemos que pueda ser con público. En temporada anterior, a mis familiares les tocó esperarme afuera del pabellón”, rememora.
Etapa en Cáceres
Y es que, la temporada pasada, Irene formó parte de Al-Qázeres. El equipo extremeño sufrió una campaña con numerosos percances, lesiones y cambios en la plantilla. “Acabamos cuatro jugadoras de las que empezamos“, recuerda. Y aún así, el club mostró orgullo y competitividad hasta el final, quedándose a tan solo una victoria del Bembibre, equipo que se salvó. Para Irene, la afición de Cáceres ha sido “una maravilla”. Pese a las restricciones, “se pudo sentir” todo el apoyo de la grada. “Pasó lo que pasó, nos llevamos un aprendizaje tremendo y ojalá que les volvamos a ver en Liga Femenina Endesa”, incide.
En el Mann Filter Casablanca
Ahora, a punto de cumplir los 150 partidos en la máxima categoría nacional, se le vienen a la mente muchos recuerdos de los inicios. “Yo acababa de llegar de Barcelona y Víctor Lapeña me dio la oportunidad -en el Mann Filter Casablanca- con 19 años. Era una gran ilusión y una oportunidad increíble. Fue un camino largo, de ir poco a poco, un proceso en el que necesitaba paciencia para ir trabajando y seguir mejorando”. Del mismo modo, no se olvida de la ‘Fiebre Amarilla’ del Stadium Casablanca: “Son una pasada. Han sido muchos y les guardo mucho cariño”.
Y ahora, en verano, tampoco para. Más allá de “desconectar una semana” del balón, ha seguido entrenando. “Como conozco a Mati (Matías Lescano), no vi un mejor momento para acudir a The Factory Basket Lab. Ahí sigo entrenando hasta empezar en Logroño a finales de agosto”, explica.
Estudios y deporte
A su vez, se encuentra a punto de terminar el grado universitario de Administración y Dirección de Empresas. Le queda pendiente el Trabajo de Fin de Grado, que estará “relacionado con el mundo del baloncesto“. A falta de definirlo, irá encamino a “un estudio estadístico de los mejores jugadores o jugadoras, centrándolo en ciertos criterios”.
Los estudios y deporte profesional, con los viajes y entrenamientos que conlleva, es algo que “se puede” compaginar en el día a día; pero “en España no es como Estados Unidos“. “En un primer momento, quería estudiar INEF, pero una lesión me impidió hacer las pruebas físicas. En la universidad me iba cogiendo las asignaturas conforme podía. Algunos años me iba mejor y otros peor, pero sé que quiero seguir estudiando y miraré otras opciones, tal vez a distancia”, detalla.
La selección
Tampoco podíamos pasar por alto la celebración de los Juegos Olímpicos, donde la España de Cristina Ouviña caía en cuartos de final ante Francia en un final de infarto (64-67). Irene no esconde la “rabia”, tras un “partido bastante duro”. Pero ante todo, muestra la “emoción por verlas jugar”. “Tanto la selección masculina como femenina han competido súper bien. Me ha encantado seguirles y madrugar para ver los partidos. Un orgullo”, concluye.