ZARAGOZA| No todo fueron malas noticias en El Molinón. Además de la mejora de imagen del Real Zaragoza, el buen rendimiento de futbolistas como Maikel Mesa o Lluís López, Iván Azón volvió a ver portería tras 5 jornadas sin conseguirlo. Lo hizo en uno de sus estadios fetiches ante una de sus víctimas favoritas, el Real Sporting.
En los últimos encuentros -tras el standby obligado con su equipo tras ser llamado por Santi Denia- su buen hacer en el terreno de juego no se estaba viendo del todo recompensado. Su juego de espaldas, su movilidad, su trabajo en la presión y su pelea continua se vieron apocadas por su falta de acierto para anotar. Sus características y las necesidades del partido en muchos momentos le hacen alejarse del área, lo que dificulta su cometido como delantero: marcar goles.
A pesar de ello, Iván siempre genera peligro, por lo que no es casualidad que sea el delantero del Real Zaragoza que más minutos (700’) ha jugado en estas 11 jornadas. Varios palos -ante Mirandés y Alcorcón- le privaron del premio final, lo que daba la sensación que al ariete le falta afinar un poquito la precisión para conseguirlo. Y este finde lo consiguió.
Su actuación en Gijón fue un fiel reflejo de su juego y lo que ha demostrado en lo que va de temporada. Sus casi 100 minutos del sábado estuvieron repletos de trabajo y garra. Desde el pitido inicial el ‘9’ zaragocista inició una guerra en las disputas, en la presión, en los desmarques y en el juego de espaldas. La diferencia y que le encumbró como uno de los mejores del encuentro fue su reencuentro con el gol.
Lo que está claro es que Azón ha encontrado un idilio con El Molinón. Ya son dos buenas actuaciones y dos goles consecutivos en sus visitas a Gijón y seguro que el jugador es consciente de ello. El futbolista es ambicioso y seguro que trabaja para hacer de cada estadio en el que juegue en su Molinón particular.