Iván Montoya llegó en 2019 desde el Puerto Sagunto, el pasado 31 de octubre cumplió los 24 años y es una de las principales referencias del juego de ataque del Bada Huesca. Iván Montoya habla con pausa, pocas veces asevera. Frases cortas y directas. No es uno de los pivotes más grandes de la ASOBAl. Ni por altura ni por centímetros. Pero es complicado pararle. Es difícil encontrar un entrenador de un equipo rival que no alabe sus virtudes; es difícil encontrar una jornada en la que uno de sus goles no entre en la lista del Top-10. Y él sonríe ante el elogio. Suelta, claro, que le gustan los halagos, pero nada más. Y no lo hace con falsa modestia. “Es verdad que el juego del equipo me ayuda a que mis condiciones se vean más, pero es fruto del trabajo constante de estos años. Y si hablan, que sea para bien”, afirma.
No hay un solo jugador en la elite que no sea competitivo. Y Montoya no iba a ser la excepción. Se le ve en los partidos y también en los entrenamientos. No se esconde. El puesto de pivote es quizá lo que tiene, el imán de las defensas. Y a él siempre le toca medirse con tipos con más centímetros y más kilos. Ante eso, técnica. Saber moverse, buscar el desequilibrio para ganar la posición como si fuera un yudoca. Le puedes pasar la redonda fácil o enviarle una sandía con pinchos. (Casi) siempre la envuelve con papel de regalo y la factura a las redes del rival.
‘Ferrarista’, ‘alonsista’ y Marc Márquez
Nacido en Alicante, el Mediterráneo es mucho para él. Y desde allí, donde se establece en España el nivel 0 de altitud sobre el nivel del mar, recaló en Huesca donde esta temporada termina contrato. Aquí está bien. Se ha hecho a la ciudad, a la montaña, aunque su mar, la mar, siempre está allí. “Me he acostumbrado a no vivir cerca del mar. La montaña tiene su encanto, pero sí lo hecho mucho de menos”, desliza quien, además, es un apasionado de la F-1, tanto sobre el agua como sobre el asfalto. ‘Ferrarista’ y ‘alonsista’ confeso, cuando hay una carrera allí está pendiente de todo lo que ocurre, atraído por cada trazada y paso por vuelta. Una pasión inculcada desde casa, siempre que podía veía las carreras con su padre, y trasladada también a las motos; es seguidor de Marc Márquez.
Jugador con recursos, ha dejado el sello de la calidad de su muñeca en numerosas ocasiones. Cuando gana el sitio, la noticia es que falle. Y da igual cómo le envíen la redonda. Se considera un competidor nato. Sobre el 40×20 y “en todas” las circunstancias de la vida, afirma. No encuentra la razón, pero sí la liga a estar en la elite de un deporte. La educación recibida -la figura de su padre, Juan, es fundamental- sumado a su formación como deportista desde el colegio de los Agustinos al club Puerto Sagunto han sido clave en la forja de su carácter.
El deseo por la absoluta
El Montoya del Bada Huesca que estuvo en los Hispanos junior quiere llegar un día a la selección española absoluta. No le quita el sueño, pero tampoco esconde que es un anhelo. “Es el mayor sueño que tengo deportivamente. No es una obsesión, pero miro la lista. Estoy informado, pero también porque me gusta el balonmano y trabajo día a día para ello”, entrecomilla. Le gusta ver partidos y sacar provecho de eso ante jugadores que tienen más envergadura. La clave, dice, es la anticipación. Niega que estudie al rival, aunque sepa más o menos cómo van a jugar en una relación bidireccional; ellos también sabe cómo juega Montoya. Y niega que llevar debajo de la elástica del Bada Huesca una del Capitán América sea un valor añadido. Es más, niega que sea una manía. Tan solo se siente cómodo con ella y por eso se la pone. Es, tras varios años, una segunda piel.
Primero, la permanencia
De este Bada Huesca es extremadamente prudente. Primero, la permanencia. Es el objetivo base. Y luego ya se verá qué se puede hacer y si hay tiempo para hacer algo más. Cuando se le dice que la sensación que el equipo tiene para más objetivo es, quizá, el único momento en que aguarda unos segundos antes de dar su opinión. “Ya veremos (el objetivo final) cuando consigamos la permanencia. No se sabe. ¿Sabes cuántos partidos va a ganar Cisne o cualquier otro rival? Siempre se van jugadores importantes y vienen jóvenes que necesitan coger minutos, saber qué es la ASOBAL. Cuando vimos Sergio, Asier, yo decíamos igual hemos perdido y luego fueron importantes. Hay que dar tiempo a los nuevos”, matiza. En Huesca está bien, se siente cómodo y afirma que no se plantea nada para el futuro. Primero estar donde está y luego, ya se verá. Es cuestión de sentarse a a hablar.