ZARAGOZA | Jaime Vallejo debutó con el Real Zaragoza en Albacete en una derrota del primer equipo, pero en un triunfo de cantera. El caso de Vallejo es especial por muchas cosas, también por el camino que ha tenido que recorrer. El lateral de Corella representa la cultura del esfuerzo, el valor del oficio y el liderazgo silencioso. Reclutado en edad cadete, en las últimas temporadas se hizo con un lugar en el filial de Emilio Larraz. Se le consideró un capitán con todas las letras, un defensor ejemplar.
Con un punto de madurez distinta al de muchos de sus compañeros, Vallejo pareció en las últimas temporadas una prolongación de Larraz sobre el césped, un futbolista en el que cualquier entrenador podría confiar. Precisamente en ese punto de la historia llegó un revés doloroso. Hace diez meses se rompió el ligamento cruzado en La Ciudad Deportiva, en un duelo ante el San Juan. Su contrato estaba cerca de finalizar y Ramón Lozano eligió su extensión, en un gesto lleno de humanidad. En la apuesta del director de cantera no había solo sensibilidad sino una fe inquebrantable en las posibilidades de Vallejo. En las condiciones de un lateral físico, de ida y vuelta, un defensor de mil batallas.
Jaime Vallejo, líder ejemplar
El canterano, que formó parte de la generación que jugó la Youth League junto a Iván Martínez, trabajó como nunca, creyó en su recuperación. Mostró que su carácter está hecho de sacrificio y de voluntad. También de una capitanía ejemplar. Durante sus meses de recuperación acudió en su coche a todos los partidos del filial a domicilio. Se sintió parte de sus triunfos y de las derrotas. Sus palabras en el vestuario siguieron conmoviendo a un grupo que le mira como a un referente, como un tipo respetado.
El fútbol reserva grandes recompensas y suele ser justo con quienes lo merecen de verdad. Vallejo, serio, sensato y modélico, acaba de recibir el premio a una formación ejemplar. Diez meses después de una lesión que le cambió la vida, debutó en el primer equipo del Real Zaragoza en El Carlos Belmonte. Fue el 7 de febrero de 2025 en una fecha que no tardará en tatuarse, en una noche que nunca olvidará.