Empató el Real Zaragoza un partido en el que Jair impuso su ley desde el principio. Si Gabi recurrió a las leyes más básicas de este deporte, Jair venció en los duelos en un encuentro serio, firme en todas sus formas. El central caboverdiano volvió a moverse bien en un contexto de mínimos, donde los balones frontales fueron una constante durante los noventa minutos. En ese punto, demostró ser el mejor central de la plantilla.
La temporada de Jair es una montaña rusa. Defenestrado por Víctor y sin contrato a partir del 30 de junio, su 24/25 hizo pie con Ramírez, que le devolvió al primer plano de la plantilla. Su lugar en los esquemas de Gabi es incluso más prometedor, sobre todo por una impresión tras el duelo ante el Córdoba: el Zaragoza defendió más cerca de su portero, sin casi distancia entre líneas.
Gabi modificó el esquema y minimizó riesgos, pero el Zaragoza pareció un equipo atenazado, preso de su propia de dinámica. Pragmático desde la salida de balón, el nuevo técnico descargó de responsabilidades con balón a los centrales, lo cual también engrandeció la actuación de Jair.
Jair, también como multiplicador
El partido de Jair aguarda un secreto, un argumento que La Romareda ya conoce: también vale para potenciar a sus acompañantes. Ante Obolskii, Vital mejoró también sus prestaciones, pareció un central más enteros, con menos lagunas. Protegidos por la predisposición general del equipo, ambos gestionaron bien la marca del ruso, que dibuja un perfil de delantero que ha hecho daño al Zaragoza a lo largo del curso.