ZARAGOZA | Las noticias en Zaragoza vuelan sin remedio. En el día de la presentación de Edgar Badía, la novedad fue otra por la tarde. El club anunció la marcha de Jano Monserrate rumbo al Atlético de Madrid. Lo hizo a través de un comunicado. En el escrito incidían en los “repetidos intentos de negociación” desestimados por el jugador para alcanzar un acuerdo de renovación.
La decisión de la promesa era firme y estaba condicionada por su entorno, según apunta el texto del Real Zaragoza. La “mejor solución” para el caso era el traspaso al Atlético de Madrid, hermanado con el club aragonés a partir de su accionariado. A través del acuerdo se reserva un “bonus en función de su crecimiento como futbolista”. Las cifras del movimiento pueden alcanzar el millón de euros si se cumplen todas las variables, entre ellas que Monserrate debute en el primer equipo rojiblanco.
La respuesta de Monserrate llegó en una carta de despedida: “Aquí me habéis enseñado que los sueños no solo se desean, se construyen (…) El Real Zaragoza siempre será mi equipo”, cerró el joven futbolista.
El caso tiene un valor especial y está lleno de matices. Monserrate era uno de los talentos más especiales en La Ciudad Deportiva. Zurdo, fino y especial, era capitán del Juvenil en División de Honor. Su crecimiento le había llevado a formar parte de la Selección Española sub 18. Ingresó en la cantera zaragocista a los 10 años y su evolución le había situado en la órbita de algunas grandes academias del fútbol: Barcelona, Madrid, Betis, Inter de Milán y Villarreal se habían interesado por la situación del jugador en las últimas temporadas.
Según apunta Heraldo de Aragón, el club no le presentó un plan caro de promoción a Monserrate y todo indica que los esfuerzos por retenerle fueron insuficientes. Ni siquiera la reformulación del modelo de cantera impulsada por Ramón Lozano ha podido detener la marcha de un jugador distinto al resto.
El pasado mes de junio, Lozano anunciaba un cambio en su estructura, a través de un contrato que garantizaba que los jugadores formados en el Real Zaragoza querrían jugar solo aquí: «El objetivo es que la cantera sea solo para jugadores que sueñan con ser futbolistas del Real Zaragoza. Ha llegado el momento de pasar ese compromiso de palabra a poner por escrito que ese niño quiere jugar solo en La Romareda».
La medida admite excepciones y está pensada para jugadores que tienen menos de 16 años. Monserrate no entra en ese cupo: cumplirá 18 a finales de este mes y ha decidido que su futuro laboral esté lejos del club que le formó. El enredo es todavía mayor por un condicionante. Álex Monserrate, el padre del futbolista, formaba parte del área técnica del Real Zaragoza. Todo indica que la decisión de su hijo será también una elección familiar y que Álex Monserrate dejará de formar parte del club aragonés.
“Siempre habrá una residencia que brille más, pero aquí los jugadores nunca serán un número. Tienen más oportunidades que nunca de triunfar en su casa”, me dijo hace tiempo Ramón Lozano. Monserrate ha elegido un camino distinto y ya ha visto las primeras consecuencias. Las redes se llenaron de mensajes contra su decisión. Conviene revisar algunos especialmente crueles contra un chico de 17 años, escritos con una tinta que queda para siempre. También el comunicado de un club que fue menos elegante en su despedida que un adolescente en la suya.
La lógica no siempre alcanza para explicar un fenómeno recurrente, que ya supera los 30 casos en las últimas temporadas. Ante la falta de respuestas, puede ser útil acudir a la pura superstición. Alguien tuvo la ocurrencia de bautizar a Monserrate como la mayor perla de la cantera. Desde ese momento exacto, empezó a gafar su historia en La Romareda. Quizá entonces se empezó a ir del Real Zaragoza.