ZARAGOZA | Jaume Grau recibió a SPORTARAGON.com en La Ciudad Deportiva, en una conversación amplia y distendida, en la que nunca miró el reloj. En la charla recorrió las claves de la temporada, los pasos de su carrera y los motivos de su zaragocismo. Grau representa ahora el valor esencial de los modestos, el sentido de grupo en un equipo que ha vivido mil dificultades en el curso. En cuarenta minutos de conversación, se sinceró y habló con pausa y sin miedos. Mostró que no vive en una burbuja y que el fútbol puede ser el perfecto reflejo de la vida. Si hay verdades en su juego, todo son verdades en sus palabras.
Supongo que esta ha sido una semana más tranquila que todas las anteriores. Contra la SD Huesca se logró una victoria tan sufrida como necesaria…
Sí, así fue, como cada partido en esta categoría y más en un derbi como el que vivimos el sábado. Creo que la victoria reafirma el trabajo que está haciendo el equipo, nos da un punto de un ánimo y de positividad, energía para seguir.
Fueron muchos partidos en uno solo. ¿Cómo viviste en tu piel los dos que te tocaron jugar?
Dentro del encuentro hubo muchos. Creo que ellos en la primera mitad arrancaron bien, dominaron, ganaron las segundas jugadas y lograron marcar. Tras el gol, nosotros supimos reponernos y mostrar buenos síntomas. Retomamos el mando del partido y fuimos superiores. Cuando me tocó salir me encontré un panorama diferente. Suele pasar que esos minutos son un poco locos, de muchas transiciones, de menor control táctico. Después de la expulsión, hubo mucho balón parado y tuvimos que achicar agua. Estoy contento con la actitud que mostró el equipo, agradecido por el esfuerzo de todos. Nos refuerza y nos hace seguir en un momento positivo.
Hay una imagen bonita en la segunda parte, cuando Víctor Fernández te dio instrucciones. Parecía la charla de un hijo a un padre… ¿Qué te dijo entonces?
Me pidió que aportase control del juego en el mediocampo, que diese contención y que equilibrase el equipo. Fueron cuatro matices tácticos importantes. También me transmitió confianza, me dijo que las cosas iban a salir bien, me animó para entrar con todo.
La temporada ha sido compleja, hemos vivido momentos muy complicados, con cambios de entrenadores. Creo que con Víctor el equipo ha demostrado que tiene raza hasta el último momento, ese ímpetu de querer ir a por la victoria. Sabemos lo que él es para el zaragocismo, Víctor Fernández significa mucho.
El partido demuestra que desde que ha llegado Víctor Fernández tenéis capacidad de respuesta…
Creo que los hechos lo reflejan. El equipo no se muere hasta el último minuto. Podemos ir ganando y guardar el resultado. Podemos perder y tener posibilidades de empatar o de darle la vuelta. El equipo tiene raza hasta el último momento, ese ímpetu de querer ir a por la victoria.
¿Cómo explicas lo que ha pasado en esta temporada?
Ha sido una temporada compleja. Se arrancó muy bien, las expectativas fueron muy altas, se veía todo con mucho color. Después las cosas se torcieron, vinieron momentos muy complicados, cambios de entrenadores… En resumen, creo que ha sido una temporada difícil. Si puedo decir algo es que el equipo no se ha rendido en ningún momento, que no ha bajado los brazos y que no ha dejado de luchar. Evidentemente, con el inicio que tuvimos, nuestra ilusión hubiera sido otra. Pero sí que puedo decir que nosotros nunca nos hemos dado por vencidos.
¿Cómo eran los entrenadores que has tenido esta temporada? ¿Qué palabras te sirven para definir a cada uno?
Con Fran Escribá te diría que fuimos organizados y compactos. Julio Velázquez buscaba la agresividad y la intensidad. Con Víctor Fernández diría que estamos más seguros y confiados.
También ha rescatado la identidad…
Zaragocistas.
Con Víctor Fernández coincidiste en la cantera del Real Madrid, ¿qué supone para ti y el club su regreso?
Significa mucho. Sabemos lo que él es para el zaragocismo. Y sabemos que él está aquí para aportar lo mejor al club, al equipo y a la ciudad. Sabemos que él va a ir a muerte por defender el club, los colores, lo que significa este escudo. Tenemos que estar a muerte en su barco, para ayudarle y que él pueda ayudarnos a nosotros.
Un camino hacia Valencia
Recuerdo mis primeros partidos en el colegio, cada día parecía la final de la Champions. El fútbol te va llevando poco a poco y disfruté muchísimo mis 6 años en Valencia. Coincidí con Carlos Soler, Lato, Rafa Mir o Antonio Martínez. Formamos un equipo de mucho nivel.
Vamos a empezar por el principio de esta historia, ¿cuáles son tus primeros recuerdos de fútbol?
Empecé en mi colegio. Recuerdo antes de entrar al colegio, al mediodía. Iba mucho tiempo antes, para poder echar un partidito con los amigos. No me importaba que fuese un balón o un bote de coca cola medio pisado. Cada día parecía la final de la Champions.
Luego llegó la llamada del Valencia y tu traslado a una cantera muy especial ¿cómo fue ese paso hacia el futbolista que querías ser?
Lo hice sin pensarlo. Me apunté al equipo de mi pueblo con mis amigos de toda la vida. Y el fútbol te va llevando un poco. De repente, me vi metido ahí, en la cantera del Valencia, sin haberlo previsto. Disfruté muchísimo mis 6 años allí. Coincidí con una generación estupenda, con Carlos Soler o Lato. Después se incorporaron Rafa Mir, Antonio Martínez… Fuimos un equipo de mucho nivel, jugábamos muy bien, ganamos torneos. Fue una etapa muy bonita.
¿Siempre como mediocentro o como mediocampista?
Empecé de mediocentro. Luego hubo un momento en el que la mayoría de mis compañeros se desarrollaron más rápido y yo era un pelín más delgadito. En esa etapa jugué más como mediapunta, como enganche. A partir del segundo año de cadetes me volví a reubicar más como mediocentro.
¿Te dio ese tiempo en zonas más avanzadas algún aprendizaje que has utilizado luego, por ejemplo en tu llegada a Zaragoza?
El fútbol de élite es otra cosa. La cuestión es adaptarse en la medida en lo que puedas, pero la élite te suele llevar por otros caminos (ríe).
Cantera del Real Madrid
Mi llegada al Real Madrid marcó mi vida personal y profesional. Me fijé mucho en Xabi Alonso, por la posición, y Marcos Llorente fue mi referente. Entrené con el primer equipo y te parece que juegan a otro deporte. Luca Modric fue el que más me impresionó, veía las jugadas tres segundos antes que el resto.
Después llegó el Real Madrid, ¿recuerdas esa llamada?
Sí, perfectamente. Me lo comunicó mi agente en una reunión. No te lo terminas de creer. Te haces muchas preguntas y para la mayoría no tienes respuestas. Después, se fue dando todo, dimos el paso y también te puedo hablar maravillas de esa etapa. Fue un cambio que marcó mi vida. Estuve seis años en el Madrid, cinco si cuento en el que salí cedido. Estuve viviendo en la capital y ese tiempo marcó mi vida personal y profesional.
Tuviste grandes ejemplos muy cerca, también desde los banquillos. ¿Qué me puedes decir de Santiago Solari?
Es uno de los entrenadores que más me han influido. Lo tuve en juveniles y, tras salir cedido, coincidí un año y medio con él en El Castilla. Aprendí mucho con él. Éramos muy jóvenes y en Segunda B íbamos a campos muy jodidos. Él me enseñó a competir, a valorar lo que tenía, a no dar un día por perdido, a dar lo mejor de mí en cada entrenamiento.
¿Había alguien al que te quisieras parecer?
Me fijaba mucho en Xabi Alonso por la posición. Pero quise aprender de Marcos Llorente. Él era dos años mayor que yo. Cuando yo estaba en mi primer año de juvenil, él era de último. Fue mi referente en La Fábrica. Siempre iba a verlos jugar cuando podía, llegué a entrenar con ellos y me quise parecer a él.
Llegaste a entrenar con el primer equipo, ¿qué nos puedes decir de esa experiencia?
Parece que juegan a otro deporte. Fue maravilloso. Son los mejores jugadores del mundo, lo más de lo más en cada posición. Compartir con ellos el día a día fue algo increíble, que me guardo para siempre.
Y si la mayoría jugaban a otro deporte, ¿viste a algunos que fueran de otra galaxia?
Te podría decir varios. Modric me parecía una pasada, era imposible quitarle el balón. Veía las jugadas tres segundos antes que el resto. Isco era brutal. Como ya te he dicho, Marcos Llorente siempre me gustó mucho, veías en él unas arrancadas y una capacidad física brutal. Pero me quedo con Modric, es un jugador diferencial.
Lugo
En Lugo aprendí lo que es el fútbol profesional. Logramos la salvación en las últimas jornadas y en ese momento entendí que la unión del grupo puede ser más importante que otras cosas.
De esa otra galaxia viajas al fútbol profesional, con experiencias en el Tondela y el Lugo. ¿Qué aprendiste en El Anxo Carro que no hubieras sabido antes?
Fue mi primer paso en el fútbol profesional. Te das cuenta del salto que hay de estar en una cantera a un equipo profesional, en la Segunda División. Fue un año complejo, tuvimos tres cuerpos técnicos. Era un equipo que tenía el objetivo de salvarse y la estuvimos peleando hasta las dos últimas jornadas.
Lograstéis una permanencia milagrosa…
Fue un año duro, como cualquiera de los que he vivido en esta categoría, pero también en un contexto muy concreto, con menos recursos. Aprendí muchísimo y me quedo con que alcanzamos la permanencia. Entendí que la unión del grupo, en las buenas y en las menos buenas, puede ser más importante que otras cosas.
Tondela
Paco Ayestarán me enseñó muchísimo. El fútbol portugués es más físico, quizá con menos táctica y calidad técnica, pero lleno de transiciones y de duelos. Ese año tuve regularidad y alcancé un buen rendimiento. Me curtió mucho.
Más tarde llegó tu única experiencia en el extranjero, cuando Paco Ayestarán hizo contigo una apuesta personal…
Paco Ayestarán fue un entrenador que me marcó mucho, en lo personal y en lo profesional. Me enseñó muchísimo. Era un entrenador muy metódico, que estudiaba todos los detalles, lleno de dedicación. Estoy agradecido de haber podido vivir esa experiencia en la élite, me curtió mucho. Y me alegro de que fuera con él.
¿También fue una temporada llena de complicaciones?
Éramos el equipo con el menor presupuesto de la liga y peleábamos también por la salvación. El equipo lo consiguió, yo tuve bastante regularidad a lo largo del año y alcancé un buen rendimiento.
¿Es un fútbol muy distinto?
Me pareció que era un juego más físico. Predomina el jugador sudamericano y africano. Quizá hay menos táctica y menor calidad técnica, pero es un fútbol de mucha transición, de mucha disputa, de mucho duelo. Es un fútbol en el que tienes que hacer las cosas muy bien para no sufrir.
Real Zaragoza
Cuando me llamó el Real Zaragoza, lo tuve claro desde el primer momento. Solo el interés y esa llamada fue un motivo de orgullo. Me entrenó Juan ignacio Martínez, un tipo entrañable y cariñoso.
Después apareció el interés del Real Zaragoza y la llamada de Miguel Torrecilla, ¿he leído que te llegó a emocionar?
Sí, muchísimo. En ese momento tenía más opciones, en Portugal y en España. Pero cuando llegó la llamada de Torrecilla, no me lo pensé dos veces. Me hacía una ilusión tremenda jugar en el Real Zaragoza. Me comunicó que me conocía de etapas anteriores, que me había seguido y que quería que viniese aquí. No me tuve que pensar nada más, lo tuve claro desde el primer momento.
¿Qué sabías del Real Zaragoza antes del Real Zaragoza?
Sabía lo que es, que es un club histórico y conocía la inmensidad de esta institución. También que estaba pasando por dificultades, el tiempo que llevaba en Segunda. Lo tuve clarísimo. No me hizo falta más que una llamada para decidir venir aquí. En ese momento, el Zaragoza no pasaba por su mejor momento, pero venir aquí para ser parte de este equipo, para intentar aportar, fue un motivo de orgullo.
Te entrenó un técnico muy especial, al que la afición del Real Zaragoza recuerda con mucho cariño. ¿Cómo era Juan Ignacio Martínez en las distancias cortas?
Era entrañable, cariñoso. Él y todo su cuerpo técnico eran muy cercanos. Fue maravilloso trabajar cinco meses con ellos. Estoy muy agradecido, me acogieron muy bien y lo disfruté mucho.
En ese punto, aparece un problema cardíaco que cambia tu llegada. ¿Qué recuerdos tienes de ese momento?
Me asustó mucho. No es lo mismo que romperte la rodilla, el cuádriceps o el gemelo. Es el corazón. Lo recuerdo con miedo. Fue durante un partido. Sentí algo extraño, el corazón me iba muy acelerado. Enseguida pensé que no era normal. Lo comenté en el descanso con los médicos. En la segunda parte persistía la aceleración. Empecé a estar más cansado y fatigado de lo normal. Tras las pruebas salió el diagnóstico y me pudieron intervenir, para evitar que fuera reincidente. Salió todo bien y solo tengo palabras de agradecimiento para los servicios médicos. Me trataron y atendieron súper bien y todo quedó en un sustito. Esa misma temporada pude retomar la competición y nunca he vuelto a tener ningún problema.
¿En quién se apoya un futbolista en un momento como ese?
Yo personalmente me apoyé mucho en mi familia y en mi madre. Cuando inicié el periodo de readaptación, ella estuvo aquí conmigo, para darme apoyo y tranquilidad. Me vino muy bien llegar a casa y estar con alguien, me sentí arropado en esos momentos especialmente difíciles.
Víctor Fernández nos ha dado confianza, seguridad y soltura. Hemos empezado a desarrollar el fútbol que tenemos dentro. El equipo se está empezando a soltar.
Viajamos al presente, al momento en el que Víctor Fernández tiene que tomar las riendas del equipo. Decíamos antes que lo conociste en un entorno diferente. ¿Te parece que te has encontrado a alguien distinto al que era entonces?
Es la misma persona, pero en un contexto totalmente diferente. Allí lo tenía de director de cantera y ahora es el entrenador, el pilar del equipo y de todo el Zaragoza.
¿Cómo son los entrenamientos con él?
Son buenos y positivos. Se cumple lo que dijo él cuando llegó. Está aquí para darnos confianza, seguridad y esa soltura que necesitamos, para desarrollar lo que realmente tenemos dentro. Ha dado en la clave y así se está viendo: el equipo se ha empezado a soltar.
También la temporada ha tenido mil vidas en una sola…
Las temporadas a veces son detalles. Ha habido muchos partidos que se nos han ido en los últimos minutos. De no ser así podríamos haber cambiado las dinámicas, pero es así para nosotros y para cualquier equipo de la categoría. Esta división es así, muchas veces no se trata de ser mejor que el rival sino de cuidar todos los detalles que deciden un resultado y tu posición en la clasificación. Nos ha costado entender eso y en momentos ha sido duro, se nos han escapado muchos puntos en los minutos finales, en situaciones demasiado repetidas.
Hay un dato estadístico curioso, el equipo es el de los mejores en la franja que va desde el 30 al 45 de la primera mitad y uno de los peores en los últimos diez minutos ¿Eso tiene alguna explicación?
No lo sé. Sí que creo que en los últimos partidos el equipo ha aprendido a guardar los resultados, a ser más compacto, más agresivo en los minutos finales. Quizá el ejemplo llegó el otro día ante la SD Huesca, el equipo supo sufrir y supo jugar en ese contexto en el último tramo de partido. Fuimos resolutivos, supimos defender el resultado y llevarnos la victoria. Creo que el equipo está sentando bases y se está trasladando al resultado.
La despedida de Alberto Zapater me abrió los ojos por completo, me mostró lo que es el Real Zaragoza y la pasión que despierta. Fue un día increíble. Cristian Álvarez es ahora el pilar del vestuario. Ha vivido una temporada complicada y aún así siempre ha estado. Es una brújula para el grupo.
¿Quién te ha sorprendido de esta plantilla?
Te podría decir varios. Germán Valera me ha sorprendido mucho. Creo que es un jugador diferente, de los que cada vez quedan menos, de los que encaran, driblan y van a por ti. Potente, tiene un uno para uno muy bueno.
¿Y quién te parece un ejemplo de zaragocismo?
Cristian Álvarez. Es otro pilar dentro del vestuario. Representa el zaragocismo, el escudo. Ha tenido una temporada complicada y aún así siempre ha estado. Ahora que está volviendo, sentir su presencia y tenerlo cerca es como una brújula para el grupo.
Cristian Álvarez es el ídolo de todos y ha tenido grandes ejemplos de zaragocismo dentro del club…
La despedida de Alberto Zapater fue increíble. Podía saber cosas del club, podía conocer partes de su historia. Pero ese momento, si no estás aquí y no lo vives en persona, no lo puedes llegar a entender. Ese día me abrió los ojos, me mostró lo que es el Zaragoza y la pasión que hay por este club. El campo estuvo a rebosar y fue una locura. Podía hacerme una idea, pero hasta que no estás aquí y no lo vives en persona, no puedes entender lo que realmente significa el Real Zaragoza.
¿Es tan bueno Maikel Mesa como parece?
Sí, es otro de los que me han sorprendido muchísimo. Tiene una calidad inmensa, muchísimo gol. No sabía que tenía tanto instinto. Lo conocía de haberme enfrentado a él y sabía que tenía siempre muy buenas cifras, pero verlo en el día a día es otra cosa. Hacemos muchos ejercicios de finalización y piensas que la siguiente no va a entrar, pero luego ves que marca casi todas.
En el otro lado de la balanza está Sinan Bakis, al que le sucede algo similar a lo que tú ya has vivido con otros delanteros del Real Zaragoza…
No es sencillo. Ha sido una temporada muy complicada para él. Ha tenido paréntesis y lesiones que le han impedido adaptarse del todo. Cambios de entrenadores. Se han dado muchos factores para que no pueda dar lo mejor que tiene. Los que lo hemos visto en el día a día, sabemos de lo que es capaz, que puede aportar muchísimo. Puede ser cuestión de tiempo. Algunos necesitan dos días para explotar y otros a lo mejor necesitan una temporada para dar su mejor versión. En su caso, quizá las lesiones le hayan impedido dar ese nivel que sí hemos visto que tiene.
En tu llegada, definiste a Iván Azón como un búfalo. Ahora, ha aparecido otro jugador de cantera muy especial. ¿Qué te parece la irrupción de Adrián Liso?
Me ha impactado mucho, porque es un chico muy joven, con unas grandes cualidades. Es zurdo y cuando arranca, arranca de verdad. Es potente y sabe chocar. Tenemos que felicitarle por lo que hizo el otro día y animarle para que siga trabajando. También para que no se lo crea, esto del fútbol va del día a día, del partido a partido. Quemos que siga así. El chaval entrena muy bien, sabe competir y le animamos para que siga por este camino.
¿Qué nota le pones a tu temporada?
(Ríe) Mejor no me la pongo yo. Creo que esta temporada he tenido momentos de ser más protagonista desde el inicio y muchos otros en los que he tenido que estar en un segundo plano. Creo que para que un jugador sea importante no hace falta ser titular las 42 jornadas. Uno puede ser importante estando preparado para aportar y dar al equipo exactamente lo que necesite. Eso también es ser importante. Al jugador le puede chocar no ser indiscutible siempre, pero uno tiene que entender que cada decisión que se toma es para el bien del club y del equipo. Una vez que entiendes eso, solo tienes que poner todo lo que está en tu mano: trabajar para ayudar cuando el equipo te necesite.
Además de ese trabajo, ¿qué tiene que mejorar Jaume Grau para ser más importante?
Quizá ser más agresivo con balón, más atrevido y más vertical. Tomar más riesgos con la pelota, para proyectar el equipo en ataque. En eso tengo margen de mejora, soy consciente de ello. Y a mis virtudes le tengo que añadir eso para seguir desarrollándome, para seguir formándome y ser mejor futbolista.
En Zaragoza me he asentado, he encontrado un lugar para quedarme. Mi sueño sigue siendo conseguir el ascenso.
¿Qué has encontrado en Zaragoza?
Creo que aquí me he asentado, estoy muy cómodo. Son muchas cosas. En primer lugar, desde el tema futbolístico: valoro mucho donde estoy. Eso en las buenas y en las malas te hace sacar lo mejor de ti, venir feliz a entrenar y trabajar. Y también en lo personal. Mi pareja es de aquí, mi familia está relativamente cerca. Son muchas las cosas que hacen que quiera estar aquí. He encontrado un lugar para quedarme.
Un gol
Contra Las Palmas, en uno de mis primeros partidos con el Real Zaragoza.
Un entrenador
Paco Ayestarán.
Un amigo
Álvaro Fidalgo.
Una persona que te lleves de tu carrera
Fran. Un educador que tuvo en mis primeros años en la residencia del Real Madrid. Una persona maravillosa.
El rival que más te ha costado cubrir
Mario Soriano.
Mejor futbolista con el que has compartido vestuario
Mejor temporada
Mi primer año en El Castilla, cuando regresé de la cesión.
Alberto Zapater es…
Capitán. Lo sigue siendo.
Francho Serrano es…
Zaragocismo.
Cristian Álvarez es…
Referente.
¿Qué vida hay después del fútbol?
Me estoy formando como entrenador pero todavía no pienso en eso. Ahora pienso en todas las cosas que no puedo hacer siempre, en cogerme una bicicleta e irme por el monte. Lo que haré cuando acabe mi carrera no lo tengo todavía definido.
Un sueño
Ascender a Primera División. Con el Real Zaragoza.
(*) Entrevista realizada por Jorge Rodríguez y Jorge Serrano.