Jaume Grau disfruta del efecto de la primera impresión, uno de esos intangibles que marcan el juego. 6 encuentros después de su llegada, Grau se ha convertido en una pieza estratégica en el plan de JIM. Ha mostrado una lectura inteligente de los partidos, personalidad en el nacimiento de la jugada y un perfil más guerrero del que se esperaba de él. Y, por encima de todas las cosas, ha descubierto en Zaragoza una cualidad insólita: Jaume Grau ha marcado, con diez días de diferencia, sus dos primeros tantos en el fútbol profesional.
En El Molinón acudió a la base para proyectar el juego del grupo. Sus registros fueron nítidos: 81 % de acierto en sus pases, mayor incidencia en campo rival que en el propio (8´8 frente a 5´8), 11´9 kilómetros recorridos y un gol que cambió el partido.
Pero más allá de los números, una jugada sirvió para probar un detalle de su fútbol. Mediada la primera mitad, cuando el Sporting se asomaba hacia la portería de Cristian Álvarez, Jaume Grau tomó el balón. Se giró sobre sí mismo, pisó el esférico y escapó del agobio. Resolvió con un quiebro y un pase sencillo, simple. Ante la presión de los contrarios, eligió su zurda. Ocho toques en apenas unos segundos, para mostrar que la tensión no le asusta. Fue una acción aparentemente intrascendente, pero define una intención esencial: la voluntad de jugar siempre que pueda hacerlo. A través de la sensatez, el oficio y los detalles.
Jaume Grau, la llave de un nuevo sistema
Limpio en el juego, pareció blando y frágil en sus primeras tentativas. Lo ha resuelto con mayor tensión en las disputas siguientes, mejorado por el recorrido de Francho Serrano. Curiosamente, la irrupción de Grau ha propiciado un giro de guión de Juan Ignacio Martínez. Habitualmente estático en su propuesta, el uso del doble pivote ha producido de manera indirecta dos victorias consecutivas. Y ha permitido que el Zaragoza, habituado a un juego plano y sin recursos, mejore su volumen de ocasiones y de disparos en los últimos encuentros (11´5 frente a las 5 que acumula en el global de la temporada).
El Almería medirá la reacción del Zaragoza y JIM planea su estructura defensiva a través de la media. Entre todos los duelos que presiden el encuentro, pocos tendrán una simbología tan especial como el que puede medir a Jaume Grau e Íñigo Eguaras. El pasado y el presente del Real Zaragoza se citan en La Romareda. En ese enfrentamiento, Grau quiere mantener la felicidad de sus primeras impresiones. Resulta complicado pensar que puede repetir como goleador, en una de esas suertes que a menudo se agotan. Pero la revisión de las dos últimas victorias ofrece una conclusión: al Zaragoza le va bien que el juego pase por su zurda.