Pasada la jornada 3 y con la vista ya puesta en el partido frente al Lugo, el Real Zaragoza rehúsa a olvidar los conflictos del pasado. En Cartagena vieron la primera cartulina roja de la temporada. El jugador afectado fue Jaume Grau, que se iba expulsado tras una doble amarilla. La expulsión la han calificado de injusta tanto la afición como el club, que emitía un comunicado expresando su descontento e informado de la presentación de alegaciones ante el Comité de Competición. El mismo denegaba el recurso presentado, confirmando que Jaume Grau no podrá disputar el próximo partido.
El club compartía así su descontento con el árbitro vasco Gonzalez Esteban, quien amonestó con la primera amarilla a Grau en el 34 por “derribar a un contrario en la disputa del balón de manera temeraria”. La segunda amarilla la vió en el 78 tras “golpear a un contrario con el brazo de manera temeraria, en la disputa del balón”, en un forcejeo en el que participaron ambos. Dos acciones que al club le resultan exageradas.
Lo cierto es que las protestas lo que no pueden es cambiar el resultado final, una derrota por 1-0 en la que la expulsión del mediocentro tuvo mucho que ver. Su salida dejó carencias en un Real Zaragoza que se encontraba agusto y dominante. Tan solo dos minutos después, consecuente a la reanudación del juego tras la expulsión, el rival marcó el único tanto del partido.
Definitivamente el equipo contará con una baja muy importante en el medio del campo frente al Lugo. Las opciones para reemplazar al jugador se reducen al máximo con la baja también en el centro del campo de Valentín Vada, siendo Petrovic y Zapater los principales suplentes .