Galán junto a el ya ex entrenador de la SD Huesca. | Foto: LaLiga
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La SD Huesca volvió a firmar otro de los partidos más horribles de la temporada. Sin las ideas claras, con los roles revueltos e indescifrables y sin una intensidad y seriedad propia de un equipo de Primera que se está jugando el descenso, el conjunto azulgrana se vio superado por un pobre Real Betis. Complicada estaba la encuesta de Tumasa del MVP del partido, o quizá más bien todo lo contrario, precisamente por el bajo nivel del equipo estaba más clara todavía. Entre Ontiveros y Javi Galán estuvo el galardón, aunque finalmente fue el extremeño quien se lo llevó con un 46% de los votos.
Los altoaragoneses se jugaban la vida, tanto la suya como, sobre todo, la de Míchel, pero no lo pareció. Tras una primera parte somnífera, el equipo intentó reaccionar en la segunda parte aunque se quedó a medio camino. Quizá esto fue debido a que tan solo la banda izquierda tuvo protagonismo. Respaldado por un vendaval ofensivo y defensivo llamado Javi Galán, el extremo marbellí se sintió más liberado e intentó aportar una mayor creatividad al ataque.
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Y es que donde no llegaba Ontiveros, lo hacía el lateral azulgrana. Completó un partido casi redondo. Añadiendo calma al juego cuando había que darla, buscando una salida rápida por la banda izquierda cuando el partido estaba atascado y sacando el balón con mucho criterio de la presión bética. Daba la impresión de que no existía centro del campo; que al no encontrar apoyo en Mosquero o Mikel Rico, al ’11’ del Huesca no le quedaba otra que luchar su propia guerra… Y lo mejor, es que prácticamente siempre salía victorioso.
El extremeño se está convirtiendo en el pilar fundamental de este equipo, partido tras partido; el título de MVP empieza a tener el nombre de Javi Galán grabado en él. Se está ganando el liderazgo de la plantilla, no solo sobre el campo sino también fuera de él. Solo hay que leer las declaraciones que dijo ayer. Si algo está claro es que la SD Huesca necesita de la actitud y el ímpetu de su lateral izquierdo, algo que el nuevo entrenador tendrá que saber transmitir al resto del equipo.
