Alivio. Esa es la palabra que más se escucha hoy entre el zaragocismo. Demasiados días sin ganar y la caída a los puestos de descenso eran demasiada presión para un equipo que opta a todo en esta Segunda División. Tras el triunfo balsámico del lunes cosechado en tierras catalanas, uno de los pesos pesados del vestuario blanquillo, Javi Ros, reconocía que “había necesidad de ganar” y de tener por fin esas buenas sensaciones que solo da la miel de la victoria.
Pero el Real Zaragoza no lo tuvo nada fácil. Fue el Nàstic quien se adelantó en el marcador y hundía más si cabe la moral del conjunto aragonés. A su favor, que quedaba todo el tiempo del mundo -el gol local se anotó en el ‘4-, y esta vez sí, los de Alcaraz supieron aprovecharlo: “Conseguimos hacer el empate sin desesperar y a partir de ahí fuimos muy superiores al rival“, reconocía Ros.
El equipo experimentó ayer cierta mejoría “en lo defensivo y en lo ofensivo” según manifestaba Javi Ros y las secuelas son muy positivas si pensamos en lo anímico: “Siempre es mejor trabajar y mejorar desde una victoria y con esa intención vamos a preparar ya el siguiente partido”.
Lucas Alcaraz optó por cambiar el sistema que telegrafiaban desde la dirección deportiva y puso a tres centrales para contrarrestar el efecto Enrique Martín. Ros reconocía que “lo estuvieron trabajando durante toda la semana” y que “eran plenamente sabedores del partido que les esperaba en Tarragona”. Al final “salió bien” y el equipo “supo interpretar a la perfección las instrucciones” de un entrenador que parece coger, poco a poco, las riendas de este Real Zaragoza.