ZARAGOZA | Javi Ros jugó siete temporadas en el Real Zaragoza. En ese tiempo hizo de La Romareda su sitio favorito y de Zaragoza su lugar en el mundo. Anoche estuvo en Palmadas al Viento, en una conversación veloz, llena de zaragocismo. Ros analizó la actualidad de su equipo, los rasgos de un liderazgo natural y su trayecto en La Romareda.
La situación del Real Zaragoza, por Javi Ros
¿Cómo ves el partido del domingo ante el Mirandés?
Es un partido de una importancia vital, pero también uno de esos encuentros que te gusta jugar. La Romareda va a estar con el equipo, no tengo ninguna duda. Sabiendo la trascendencia que tiene el partido esperamos ser capaces de empujar, de ayudar y que los chicos lo puedan sacar adelante.
Has dicho que te gustaría jugar un partido como este, ¿cuánto echas de menos el fútbol?
Mucho, es inevitable, es algo que he hecho siempre. Lo echo de menos pero estoy bien, ya he asumido mi nueva vida. Es verdad que un ambiente de fútbol como el que se vive en La Romareda, lo tienes que echar de menos. Esa magia es inolvidable.
El del domingo es el duelo de los valientes y un partido para los líderes. ¿Qué tiene que tener un líder para serlo?
En mi caso no hacía nada en especial, solo ser yo mismo. Comportarme y hacer las cosas como las sentía en cada momento. No sobreactuaba. Respecto a la situación del equipo y del partido del domingo son momentos de mucha responsabilidad. Creo que los futbolistas van a tener que tener mucha personalidad para poder ganar el partido al Mirandés.
¿De quién te fías para vencer?
De todos los que estén en el campo. Creo que en un momento como este todos van a ser importantes. Los que más, los que juegan. Pero todos tienen que ser claves: los que empiezan el partido, los que esperan en el banquillo, los que lo viven en la grada. Desde ahí estaremos tratando de empujar al equipo. Todos tenemos nuestra parte de responsabilidad en el partido del domingo, todos tenemos que ayudar para que el partido salga bien.
Para el partido se prepara un ambiente de color y de fiebre en las gradas, una atmósfera que llegaste a vivir en el equipo y a sufrir como rival. ¿Qué se siente al jugar en La Romareda con 25.000 personas en la grada?
Es un placer enorme y una responsabilidad muy grande también. Es una pasada poder representar a tanta gente, poder vestir la camiseta del Real Zaragoza. Jugar en La Romareda siempre es algo especial. También es increíble poder participar en días como el del domingo, en una cita de vital importancia y en un momento difícil. No tengo ninguna duda de que ante el Mirandés la gente va a estar al pie del cañón con el equipo.
¿Cómo explicas la temporada? ¿Por qué el Zaragoza está dónde está?
Entiendo que no es una sola cosa ni un solo motivo, es un cúmulo de circunstancias. Es probable que haya habido decisiones que se tenían que haber tomado mejor. Ha habido también lesiones, momentos puntuales en los que la suerte ha dado la espalda. Muchas cosas. Entre ellas que el fútbol es muy complicado y por eso también es tan bonito. Todos pensábamos que las cosas podían ir mejor, tal y como empezamos. Nos ilusionamos y después todo se complicó, por una innumerable suma de cosas. Y ahora estamos viviendo una temporada muy complicada, la verdad.
El trayecto de Javi Ros en el Real Zaragoza
12 años en la Real Sociedad y llegaste a Zaragoza y tu vida cambió para siempre. ¿Qué encontraste aquí que te hiciera quedarte? ¿Fue un amor a primera vista?
Sí. La Real Sociedad me formó y me hizo estrenarme en el fútbol profesional. Pero en Zaragoza encontré mi lugar. Fue una suerte inesperada. Llegué en enero y en los primeros seis meses solo pensaba en esa media temporada, en completar mi etapa hasta junio. Entonces disfruté muchísimo, a pesar de cómo acabó aquel curso. Sentí que este era el sitio en el que quería estar. Y después siempre traté y luché por seguir aquí. Encontré mi casa, mi gente y un sentimiento especial.
¿Qué significó para ti aquel final del que hablabas? ¿Ese partido en Palamós?
Fue una tragedia. Algo totalmente inesperado. Esa segunda vuelta hicimos una gran remontada y para nosotros fue una decepción tremenda. Dábamos por hecho que entraríamos en el playoff. Fue algo inexplicable. La gente te hace preguntas y nunca encontramos respuesta. El fútbol tiene estas cosas: a veces no se puede explicar. Jugábamos contra un equipo descendido y nosotros éramos mucho mejores, lo habíamos demostrado, pero no supimos probarlo ese día. No fuimos capaces y nunca podremos olvidar aquel resultado, esa tragedia. Fue una decepción tremenda.
¿Te recordó a lo que sucedió tras la pandemia?
Lo siento de forma diferente, pero es verdad que fue otra desgracia. El equipo iba lanzado, vivíamos un momento espectacular antes de la pandemia. Cuando paró el fútbol, todo se torció. La realidad es que todo aquel tiempo, la forma en la que teníamos que entrenar, cómo se fueron sucediendo los resultados, jugar sin nuestra gente… Se mezclaron muchas cosas y no fuimos capaces de cambiar la inercia. A pesar de haber quedado terceros, fuimos incapaces también en el playoff. Pasaron muchas cosas. Nos faltaron nuestros dos mejores jugadores: Luis Suárez y Javi Puado. El primero porque tuvo que volver a su cesión con el Watford. El segundo porque no terminaba de dar negativo en Covid. No son excusas porque teníamos otros compañeros preparados. Pero es verdad que la ausencia de dos jugadores de su nivel, nuestro máximo goleador y otro de nuestros mejores futbolistas, lo marcó todo.
¿Quiénes son los entrenadores que más te han marcado en Zaragoza?
Si tuviera que hacer un top 3 pondría a Raúl Agné, Natxo González e Imanol Idiakez. Con Idiakez había coincidido también en el Sanse y para mí siempre será el mejor.
¿Qué futbolistas tenías en el póster cuando eras niño?
Al ser de la Real, Xabi Alonso era un referente indudable. Mikel Aramburu, Xabi Prieto, con el que tuve la suerte de compartir vestuario. Entonces te solías fijar en gente de la que era tu casa, con sentimiento de pertenencia: querías ser tú el que estuviera en su lugar.
Ejemplos en el fútbol, modelos zaragocistas
¿Y aquí? ¿Quiénes tuviste como ejemplos?
Alberto Zapater. No hay una figura como él. También con Cani. Los dos llegaron cuando llevaba seis meses en La Romareda. Son los mejores ejemplos que se me pueden ocurrir. Zapater es tal y como se le ve, un tipo real, un tipo de verdad. Le tengo mucho cariño y siempre guardaremos una muy buena relación. Es exactamente como se le ve: gracioso en su forma de hablar, en su forma de expresarse. Es verdad, pura sinceridad.
¿Qué compañeros te impresionaron?
Tuve la suerte de jugar con Cani. Cuando llegó no estaba en su mejor momento pero verle entrenar, en el día a día, seguía siendo una pasada. Hacía cosas que eran increíbles. Era bueno, muy, muy bueno.
¿Cuáles fueron los mejores momentos de Javi Ros con el Real Zaragoza?
Las mejores cosas se recuerdan con una sonrisa y más alegría, pero me quedo con todas. Con las buenas y las malas. He sido un afortunado en el Real Zaragoza: para mí ha sido un orgullo poder representar a este equipo. Y me quedo con absolutamente cada momento. Por eso te decía al inicio que a mí me encantaría jugar un partido como el del domingo. No sé si por mi carácter o por mi forma de ser. Ese tipo de responsabilidades siempre las recuerdo como un momento bueno: poder ser una parte importante de un momento complicado. Es también para darle el merito que tiene y recordarlo con alegría. No quiero elegir un solo momento ni quitarme uno solo de todos los que he vivido. De todos he aprendido algo.
¿Qué lugar tienen las lesiones en esta historia?
Ese ha sido mi peor momento. La lesión de rodilla justo antes de la pandemia. Me fue dando problemas. Me recuperé, volví a recaer. Y así varias veces. Fueron momentos complicados, porque nunca volví a tener continuidad en el Real Zaragoza. Surgieron una serie de problemas de los que no quiero hablar. Tuve que salir del club y, a los dos años, una nueva lesión de rodilla me acabó de retirar.
La nueva propiedad llevaba unos meses cuando te tuviste que ir, ¿te duele no haberte podido despedir de la afición y que la afición no se haya podido despedir de ti?
Sí. Sé que no me merecía una despedida a la altura de la que tuvo Zapa. O de la que tuvo Cristian. Por favor. Pero sí que me hubiera gustado haberme podido despedir después de un partido, después de jugar. Mi último encuentro fue contra el Burgos, en Copa. A los dos meses me marché y ya no volví a pisar La Romareda. Me duele no haberme podido despedir en el campo ni hacerme una foto con mi hija en La Romareda, con el traje del Real Zaragoza. Cuando ella nació estábamos sin gente en el estadio. Esa espina se me ha quedado clavada, me da pena.
A lo mejor vuelves desde otro sitio, ¿qué quiere ser Javi Ros de mayor?
Todavía no lo sé. Volveré seguro con mi hija, somos socios, así que volveremos a animar seguro. Pero no sé todavía lo que quiero hacer. Estoy tratando de buscar mi sitio, mi lugar. Estoy ayudando a mi hermano Íñigo, con el filial del Huesca. Estoy tratando de no molestarle mucho, viendo si el lugar del entrenador también me gusta. De momento estoy muy contento. Por otro lado estoy trabajando en una consultoría financiera, en una rama que tenemos para deportistas. Estoy encontrando mi sitio.
¿Se va a salvar el Real Zaragoza esta temporada?
Por supuesto. No tengo ninguna duda.
¿Qué significa para ti el Real Zaragoza y esta ciudad?
Lo es todo. A nivel personal estoy muy agradecido, al club, a la ciudad, a la gente. No sé qué he hecho para recibir tanto cariño de la gente, pero estoy súper agradecido. Desde aquí, a todo el zaragocismo, quería daros las gracias. Desde el primer día he sentido Zaragoza como mi casa: aquí voy a estar y aquí me voy a quedar.