El pasado 25 de mayo, Casademont Zaragoza anunciaba la incorporación de Jilson Bango hasta 2027. Se trataba de una apuesta del club, y como muchas de ellas, llegaba siendo un desconocido para la afición. Tras pasar las dos últimas temporadas en el Basketball Lowen Braunschweig de Alemania, el pívot de origen angoleño era presentado como “una potencia física” que iba a asegurar “puro espectáculo” en el Príncipe Felipe.
Sus números en la competición bávara invitaban a ser optimistas: máximo taponador, cuarto mejor reboteador y cuarto jugador más valorado. Con su fichaje, los rojillos ya contaban con el pívot físico e intimidador que tanto habían añorado en campañas anteriores. Sin embargo, y como suele ocurrir con jugadores de este perfil, las dudas se centraban en torno a su encaje y adaptación al baloncesto español. Era cuestión de tiempo -y trabajo- saber si su llegada sería recordada como un acierto o como otro error de una comisión deportiva más que cuestionada.
Pocos partidos hicieron falta para que Jilson Bango, aquel pívot angoleño llegado en mayo, se diese a conocer. Su adaptación no pudo ser mejor, y desde pretemporada exhibió todas sus capacidades en ambos lados de la pista: rebote, intimidación, atletismo y garra. Tal fue su encaje que se alzó como el máximo anotador y reboteador de la pretemporada rojilla (13.4 puntos y 7 capturas por encuentro). ¿Sería capaz de hacer lo mismo en competición oficial?
Eficiencia total
Tras 8 jornadas de ACB disputadas, el nombre de Jilson Bango ha ido ganando peso partido a partido gracias a sus actuaciones individuales, quitándose de un plumazo todas las dudas. El interior de 25 años promedia 14.6 créditos de valoración por encuentro, lo que le convierte en el segundo más valorado del equipo. Si analizamos sus estadísticas más a fondo, sorprende la manera en la que aprovecha los minutos; juega tan solo 17, siendo el séptimo jugador más utilizado por Fisac. En otras palabras, en poco más de un cuarto y medio es capaz de promediar 11.3 puntos y 4.6 rebotes por juego. La eficiencia por bandera.
Siguiendo con sus números, destaca el 70.4% en tiros de dos, lo que le alza hasta el duodécimo puesto en esta faceta, compartiendo tabla con ilustres como Jan Vesely o Gio Shermadini. También se encuentra entre los 20 mejores taponadores de la competición. Como único “pero” estaría el 56% desde la personal, algo en lo que debe trabajar. Aún así, hay que recordar que es “novato”, y que su margen de mejora en este y otros aspectos es muy grande.
Pese a que en todas las jornadas ha sido importante, su actuación ante Breogán destaca por encima del resto. En un partido que pasó a la historia, Jilson Bango quiso dejar huella en un día que se recordará para siempre. En poco más de 23 minutos, el angoleño fue capaz de anotar 21 puntos y capturar 10 rebotes en lo que sería su primer doble-doble como rojillo. Una actuación colosal que le llevó hasta los 35 créditos de valoración y la sensación de ser el dueño de la pintura en ambos lados de la cancha.
En competición europea, sus estadísticas son prácticamente calcadas; 13.8 puntos y 3.6 rebotes en poco más de 16 minutos por encuentro. Allí es el cuarto más valorado del equipo, con 14 créditos. Esto es un claro reflejo de la gran regularidad que está demostrando semana tras semana.
Su asociación con Dubljevic
Otro de los grandes logros que lleva consigo Jilson Bango tiene que ver también con su compañero de posición, Bojan Dubljevic. Dos pívots que, a priori, no tienen que ver nada el uno con el otro, pero que juntos son la mejor pareja de interiores de la ACB. Entre los dos suman 26.9 puntos y 35 de valoración, suponiendo esto último más del 30% de la valoración total del equipo. Superan a grandes parejas del campeonato como son Vesely – Hernángomez (21.2 de valoración), Tavares – Ibaka (18.7) o Tomic – Pustovyi (29.7). Además de este, cuentan con otro logro más en su haber: ser, numéricamente hablando, la mejor pareja de pívots en la historia de Casademont Zaragoza.
Muchos se preguntan cuáles son las razones de este -inesperado- éxito, y la respuesta se encuentra en el equilibrio. Es decir, la pareja ha demostrado complementarse a la perfección. El angoleño aporta físico e intimidación, dos cosas de las que carece el montenegrino, mientras que “Dubi” ofrece experiencia y amenaza exterior. Es tal su encaje, que ha habido momentos en los que, debido a la baja de Sulejmanovic, Fisac ha apostado por jugar a la vez con “la pareja de moda”. Aunque parece que ese ajuste táctico no va a darse de forma continuada, por lo menos por ahora.
Interés de Valencia Basket
Como era normal, la explosión de Jilson Bango en sus primeros partidos llamó la atención de los grandes. Es así como hace escasas semanas salía a la luz un posible interés de Valencia Basket, que buscaba apuntalar su posición de 5. A inicios de octubre el propio jugador confirmaba el interés de los taronjas, algo que hizo temblar a la marea roja, que veían otro “caso Jovic”. “Yo firmé un contrato con el Casademont y estoy aquí para jugar. No sé lo que puede pasar dentro de dos días, en una semana o en tres. En lo que pienso es en que estoy aquí y que voy a trabajar duro hasta al final y ayudar a mi equipo a ganar partidos”, explicaba el angoleño en una entrevista con Relevo. Sin embargo, poco a poco, el incendio fue apagándose y las alarmas dejaron de sonar, para el alivio de todos.
Nadie sabe lo que sucederá con él en el futuro, lo que sí es un hecho es que es un jugador diferente, un efectivo, que como decía el club en su presentación, es “puro espectáculo” en la pista. Le han bastado 8 partidos de ACB para hacerse un nombre en España, y lo que es más importante: ser uno de los favoritos del Príncipe Felipe. Ahora toca seguir trabajando y mejorando, pero todo apunta a que la temporada de Casademont Zaragoza irá, en gran parte, al ritmo que marque Jilson Bango.