JIM tiene algo. Naturalidad, sensatez y un concepto del juego que encaja con el fútbol de siempre. Sigue sin ser un gran estudioso de la pizarra, pero ha sido capaz de salvar las dos situaciones más comprometidas de la temporada. El Zaragoza ha logrado 8 victorias en el curso y tras el triunfo ante el Almería ya ha ganado más partidos de los que ha perdido. El técnico llegó más cuestionado que nunca a dos tramos de la temporada y las dos veces salvó su puesto repitiendo la misma cadencia: tres victorias consecutivas.
En la previa del duelo ante el Almería ofreció un análisis muy superficial de su rival: “es un equipo muy ofensivo”. Durante el partido, supo corregir el amplio abanico de recursos del Almería en línea de tres cuartos. Mejor en la práctica que en la táctica, modificó el plan, ajustó al equipo y moderó las amenazas. Las tres victorias sobre la marcha no se entienden sin otro movimiento. La entrada de Jaume Grau y la aparición del doble pivote le han dado consistencia al Zaragoza. Y, frente al Almería, vuelo y recorrido a una pieza esencial: la de Francho Serrano.
JIM y sus tres victorias en el alambre
En los tres triunfos hay un componente agónico, un punto de fe y otro de fortuna. A menudo esa es una receta indescifrable y casi siempre irrepetible. Frente a Las Palmas, el gol del triunfo llegó tras un fallo de Hernani a los pies de Cristian. En El Molinón, Iván Azón decidió en un minuto de locura. Y el Almería falló un penalti, marcó un gol en fuera de juego y tocó el larguero de Cristian antes de que su portero no blocara un mal centro de Francho. Todo lo que pasó después fue merecido, en un partido que el Zaragoza ganó primero con fortuna y después con fútbol. Siempre con el mismo hilo conductor: la cantera.
JIM justifica algunas victorias con las leyes más antiguas del juego. Admite en ocasiones no saber por qué un día se gana lo que en otra cita se ha perdido. Todavía no se ha descubierto si no sabe explicar el juego o si, básicamente, prefiere no hacerlo.
30 partidos más tarde, una cosa ha quedado clara: JIM sobrevive como nadie.