El corredor vasco de Urnieta dominó a su antojo la maratón. Las condiciones meteorológicas marcaron el devenir de la prueba.
Daban las 8 de la mañana cuando a las puertas de la histórica estación de Canfranc se daba la salida para los casi 200 inscritos en esta dura prueba. Un animado Canfranc despedía con aplausos a los corredores que enseguida abandoban el núcleo urbano para iniciar la subida por el camino de Ip. Un continuo zig zag en ascenso por un tupido bosque hasta salir a la zona alta en la base de La Moleta donde esta vez, y debido a la espesa niebla reinante por encima de los 2.000 metros, se iniciaría un largo descenso hasta Coll de Ladrones. En este tramo la cabeza de carrera ya se había estirado con un Jokin Lizeaga que ya corría en solitario en busca del triunfo. Por detrás el jóven corredor local Raúl Criado transitaba con unos cuantos minutos de desventaja pero afianzando poco a poco su segunda plaza.
Raúl Criado | Foto: Raúl CriadoEl ascenso a Larraca vino marcado especialmente por los fuertes vientos que azotaron a los corredores en su parte alta (y también a los voluntarios de la cima). Pero todo seguía igual en cabeza pese a una pequeña salida del trazado por parte del líder de la prueba. Se iniciaba así un fuerte descenso, casi directo, a través de las pistas de Astún para buscar el avituallamiento de Somport y enfrentarse al sector final en los pies del esbelto Aspe.
A los pies de esta mítica montaña pirenaica se llegaba remontando alguna de las pistas de ski de la estación de Candanchú. Una vez los corredores pudieron admirar de cerca la belleza de su cara norte, comenzaban un técnico descenso hacia el ibón de Tortiellas, y una vez allí encarar la última ascensión al collado de Estiviellas. Allí lo que se podía ver era un rosario de corredores, cada uno luchando con las pocas fuerzas que le quedaban para superar el fuerte desnivel. Desde arriba, a más de 2.000 metros ya se divisaba Canfranc. Eso sí, un largo descenso de 8 kilómetros por un infinito zig zag separaba a los participantes de la línea de meta a las puertas de la histórica estación de Canfranc.
Allí venció Jokin Lizeaga parando el crono en un magnífico 5h 03′. Unos cuantos minutos más tarde aparecía entre la aclamación popular el joven y talentoso corredor local Raúl Criado, que a sus 19 años se marcó un segundo puesto en uno de los maratones más duros de Europa llegando a 30 minutos. Todo un diamante por pulir. Tercero a quince minutos de Raúl llegó Sergi Viladot. En categoría femenina la victoria correspondió a la también vasca Aitziber Osinalde con 6h 32′. Por detrás Delfi González y Marta Díaz.
[ad name=”Anuncio para Artículos”]