Jonatan García ya se encuentra en casa reponiendo fuerzas tras el accidente sufrido en el Everest. Se encuentra en Baracaldo (Vizcaya) con su madre y su novia. Y en breve partirá a Benasque donde vive. Tiene la misma voz firme con la que se fue al Ama Dablam y buscaba la cima del Everest invernal con Alex Txikon. Y eso es una buena noticia. Le tocará seguir la expedición de su amigo Txikon, la Road to Himalayas, desde la distancia. Una caída en una grieta en la cascada del Khumbu le apartó de la aventura. “La verdad es que tengo golpes por todos los lados, el susto ya se ha pasado y ahora lo que estamos es sufriendo la pena por haber tenido que volver a casa”, señala a sportaragon.com vía teléfono.
Del accidente sufrido el pasado domingo prefiere no echar la vista atrás. “Lo que tenía ganas era de salir de ese agujero para ponerme a salvo”, indica. En el momento del accidente se encontraba con Alex Txikon metiendo escaleras y cuerdas en el Khumbu, en un tramo conocido como el ‘Corredor de la muerte’. Se quebró la nieve y cayó. “La suerte es que estaba con una línea de vida que llamamos, un cabo de anclaje a la cuerda fija y eso me paró. Pero esas cuerdas fijas son bastante estáticas, pega bastante tirón y tiene bastantes metros de comba con lo que el golpe fue seco, durísimo”, explica.
Así contaba el propio Txikon el accidente de Jonatan García: “Salimos del campo base después de comer y una hora más tarde estábamos en la zona donde hemos fijado las escaleras. Cuando estábamos trabajando hemos oído un estruendo y el puente de hielo en el que nos encontrábamos ha cedido… y Jonatan se ha precipitado en la grieta. Cuando se ha hecho el silencio, le he visto colgando a unos 12 metros de profundidad. Menos mal que llevaba la Microtraxion de Petzl en el arnés y enseguida Jonatan veía nuevamente la luz”.
Tras el accidente pasó la noche en la tienda a la espera de que un helicóptero le evacuara a Katmandú donde vieron el alance de las lesiones. Además, los dedos gordos de los pies los tiene delicados por el frío por lo que los tiene que cuidar. En casa no ocurre nada, pero a más de 5.000 metros y con temperaturas de 20 grados bajo cero era mejor retirarse.