Jorge Molina es un zaragozano licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, y diplomado en Magisterio de Educación Física que ha sido campeón de Liga y Copa del Rey de rugby en España con El Salvador de Valladolid. Tras haber competido también en el CRAV portugués y el Kadikoy turco, ahora se ocupa de competir y dirigir al Fénix Rugby Zaragoza de División de Honor ‘B’. Hablamos con él en este último día del año.
¿Cómo se pasa el parón navideño con esos 10 puntos de ventaja sobre el segundo?
Es una posición que cualquiera habría firmado a principio de temporada, no sólo los 10 puntos sobre el segundo, sino también los 17 sobre el tercero que es lo que nos dejaría fuera del playoff. Si quedamos primeros, mejor que mejor, pero el objetivo es playoff, por tanto lo importante es esos 17 puntos de ventaja.
A principio de temporada, en septiembre, ¿os podíais esperar llegar a estar en una posición tan favorable?
Este año nos marcamos unos objetivos bastante ambiciosos como es entrar en playoff. La temporada pasada aunque llegamos a jugarlo, el objetivo era quedar entre los cinco primeros, por tanto hemos dado un paso más. Pero también es cierto que quedar primeros a estas alturas o a final de temporada no nos lo habíamos planteado.
Lo que se percibe desde fuera es que mostráis una gran unidad entre todos, como una gran familia…
Así es, al final no es sólo los que están jugando los partidos o el entrenador, se trata de un club. Es más que un equipo. Hay veteranos que ayudan en los terceros tiempos, a preparar el campo, a hacer promoción, la gente del filial que nos ayudan en los entrenamientos, el equipo femenino y las categorías inferiores que nos animan… Es mérito de toda una entidad.
Los veteranos, las chicas, los del filial, las categorías inferiores… todos se vuelcan con el Fénix
¿Cómo afrontas el hecho de ser entrenador/jugador del equipo?
Es la primera vez, sí que es cierto que lo viví en Valladolid un año que teníamos entrenador/jugador. Fue un reto para mi que me plantearon desde el club y yo tenía claro que me apetecía seguir jugando. Así que acepté, y con la ayuda de Miguel Ángel y de Mauricio desde la banda muchas veces es como si yo estuviese fuera.
¿Notas más repercusión del rugby, y más concretamente del Fénix, a día de hoy?
En Zaragoza sobre todo. Yo lo he notado y no sólo a nivel local. En Valladolid, que es la capital de España del rugby, se habla del Fénix, la gente me pregunta por el Fénix. Los medios de comunicación en Zaragoza también se están volcando más. Y a nivel nacional, el otro día estuve hablando en una radio santanderina, hay gente de Sevilla que nos pregunta cómo vemos el playoff… La exposición que se está haciendo del Fénix cada vez es más grande por lo tanto cada vez hay más gente en el campo.
Me preguntan por el Fénix gente de Sevilla, de Santander…
También has jugado en Portugal y Turquía… ¿qué diferencias encuentras?
Portugal es muy parecido a España. Se mueven muchos equipos con bastante tradición, la principal diferencia que encontré era a nivel de público, en Portugal había bastante menos gente para ser una liga y unos equipos bastante parejos. En cambio, en Turquía era un rugby completamente amateur: Entrenábamos un día en el parque, otro en un campo que alquilábamos… La liga era de ocho equipos. Fui por trabajo y seguí jugando a rugby allí porque es algo que me gusta, pero podemos decir que las diferencias entre Turquía y España a nivel de rugby vienen a ser como las de España e Inglaterra.
Una gran labor social que lleváis a cabo es vuestra colaboración con Los Hispanos del Carmen para combatir el estigma que, por desgracia, sufren las personas que padecen alguna enfermedad mental…
Como club todo lo que se está haciendo con el rugby inclusivo es muy importante. Cuando tratamos con gente que ha tenido menos posibilidades o que ha tenido más dificultades, todo lo que se les pueda ofrecer con el rugby, bienvenido sea.
¿Cuál es el motivo de que el lema del Fénix sea “el Fénix siempre gana”?
Se ve también en el himno “todo empezó cuando al perder, ganaba”. Al final para saber ganar es muy importante también saber perder. Si sólo ganas no tiene la perspectiva de la derrota, y muchas se aprende más con una derrota que con una victoria.