Es un equilibrio entre fuerza y destreza. Es una competición distinta y que cada vez gana más adeptos. Las carreras de obstáculos miden la potencia y la destreza de los deportistas que en campo abierto tienen que solucionar problemas de distinta índole donde también tienen que manejar con entereza el desgaste de pasar los distintos obstáculos con la mayor velocidad posible y el menor desgaste.
El pasado 20 de octubre se celebró el Campeonato del Mundo de OCR. Fue en Londres. El patio de recreo propuesto por la organización era de 15 kilómetros. Y la combinación, como era de esperar, nada sencilla. Una amalgama de obstáculos –cien- entrelazados sobre tierra, barro, y monte a través.
Y allí estuvo el aragonés José María Resano moviendo cargas de sacos, troncos, enlazando estructuras por las que hubo que pasar colgado, trepando por cuerdas, salvando fosas de barro, escalando muros… Quedó satisfecho de su concurso al ser Top 100 para quien es el mejor aragonés de la especialidad y uno de los mejores de España. Acudió a la cita lesionado lo que sin duda mermó su potencial, quedó muy satisfecho con la experiencia y con la duda de qué hubiera pasado si hubiera acudido a Londres en pleno rendimiento físico.