Juan Carlos Carcedo será presentado hoy a las 12 de la mañana en La Romareda. El técnico riojano ocupará hasta 2024 el lugar en el banquillo que dejó el pasado lunes Juan Ignacio Martínez. Sus cualidades son totalmente opuestas: Carcedo es un técnico actual, un lector de la pizarra y sus secretos. Si JIM conocía el fútbol a través de los códigos de siempre, Carcedo representa una versión más moderna del juego. El técnico llega a Zaragoza en busca de su gran oportunidad.
El papel de Carcedo en los banquillos no se entiende sin la sociedad que estableció con Unai Emery. El técnico vasco encontró en Carcedo el apéndice que necesitaba. Descubrió su obsesión por los detalles, la búsqueda del rigor y del carácter competitivo. Junto a Emery destacó como especialista en las acciones de estrategia. Improvisó, buscó alternativas y los equipos en los que coincidieron (Almería, Valencia, Spartak, Sevilla, PSG y Arsenal) sacaron producto de sus ensayos. El técnico vasco siempre elogió las virtudes de Carcedo en las ruedas de prensa. Y llegó a confesar que su segundo le llamaba por las noches, a deshora, para proponerle jugadas de estrategia distintas o para alterar un detalle de las que ya tenían previstas.
Emery y Carcedo formaron una de las parejas más prestigiosas del fútbol español. Carcedo era uno de esos secundarios con papel protagonista, intenso, un experto de la táctica, con un hilo directo con los futbolistas. Juntos fabricaron bloques cortados siempre por el mismo patrón: competitivos, con un gran despliegue físico y capaces de dominar los detalles y todos los registros del juego. Una vez que sus caminos se habían separado, Emery le puso palabras a las cualidades del riojano: “Carcedo se merece todos los reconocimientos. Hay entrenadores muy preparados en España, pero hay detalles que marcan la diferencia. Va más allá de entender el fútbol, se trata de sentir pasión y vivir para esto. Carcedo destaca exactamente por eso”.
Si en su carrera como futbolista no hubo grandes triunfos, el técnico los busca ahora desde los banquillos. El milagro del Ibiza llevó escrito su nombre, hasta que Salvo le destituyó tras seis partidos sin victoria. En Can Misses dejó un buen recuerdo: fue capaz de construir un bloque reconocible, difícil de batir, con recursos defensivos y lugares para el talento. Pausado en su discurso e hiperactivo en los encuentros, de sus años junto a Emery en el Arsenal parte también su vínculo con Raúl Sanllehí.
La elección del director general es una apuesta personal. El técnico riojano estaba entre las cábalas, pero había otras opciones más reconocidas y con un perfil de juego más específico. Metódico, detallista y actual, Carcedo acepta el reto más importante de su vida. El técnico riojano llega hoy a La Romareda. Y lo hace para construir un nuevo Zaragoza.