El Real Zaragoza afronta los últimos seis partidos de la temporada sin grandes aspiraciones. El empate ante la SD Huesca en el Alcoraz acabó por cerrar cualquier posibilidad de playoff y deja al equipo de JIM en tierra de nadie. En la zona templada de la clasificación, donde tampoco hay sufrimientos.
JIM dio una pista clave para lo que resta de competición: su equipo tendrá un comportamiento modélico, ejemplar. Incluso, lo mantendrá en busca de lo que es casi un imposible, hasta que las matemáticas impongan su lógica. En ese panorama cualquier zaragocista busca nuevos alicientes para la recta final de la temporada. El técnico reiteró durante una gran parte del curso que su equipo tenía una deuda pendiente con La Romareda. Los tres partidos que quedan, ante Burgos, Alcorcón y Lugo deben servir para mejorar la imagen del equipo como local.
La cantera, siempre un aliciente
Entre los incentivos que quedan está por ver con regularidad a los jugadores de cantera. En la entrevista que ha concedido el futuro director general, Raúl Sanllehí, hay una frase que ha gustado especialmente a la afición: “Soy un defensor de la cantera, te garantiza la identidad del club dentro del vestuario”. Y de la Ciudad Deportiva parten los mayores argumentos de este Zaragoza y del que venga el año que viene. A la sociedad formada por Francho Serrano, Alejandro Francés e Iván Azón se ha unido Miguel Puche, con su fútbol veloz y sin complejos. Les acompañan otros integrantes de esa quinta como Ángel López, Andrés Borge o Javi Hernández, que han vestido la camiseta del primer equipo pero solo de un modo residual.
Y la afición espera con ilusión a la siguiente camada, en la que aparecen jugadores como Alberto Vaquero, Pablo Cortés, Raúl Rubio, Isaiah Navarro, Mario Benedet, Jorge Rastrojo o Jaime Vallejo. Quizá JIM, que nunca fue un entrenador de cantera, ofrezca a algún cachorro de esa generación una oportunidad de presentarse en La Romareda. Y ese caso parece más factible en las últimas jornadas, cuando el Deportivo Aragón haya alcanzado ya el desenlace de la temporada.
El nuevo Zaragoza
Mientras se mueven las piezas de la venta entre bambalinas y se proyecta en la sombra el Zaragoza del futuro, el equipo de JIM busca terminar el curso con honor. Y se volverá a hablar de un triunfo tan parcial como pragmático. El puesto en la clasificación siempre permitió mejorar, de un modo sensible, la economía. Por eso todas las victorias que puedan llegar en este tramo cuentan. También para los futbolistas que aún pretenden estrenarse en la temporada, como Carlos Vigaray, o aquellos futbolistas cedidos que buscan ganarse un curso más aquí o una despedida digna.
Quedan seis partidos y, de momento, el técnico del Real Zaragoza se ha propuesto no renunciar a una locura.
Cuando las opciones más remotas se evaporen, el equipo aragonés seguirá en busca de nuevos incentivos. Una cosa queda clara en este cierre. Pase lo que pase, el Zaragoza siempre jugará por algo.