Coincidiendo con los Juegos de Río, la UEFA puso en marcha un proyecto para impulsar la práctica del fútbol femenino, con el objetivo de convertir este deporte en el más practicado entre las mujeres europeas en 2022. Para ello se llevó a cabo un estudio que evaluaba el impacto psicológico y emocional que la práctica del fútbol supone entre las jóvenes.
El estudio dirigido por la Universidad de Birmingham analiza aspectos como la autoestima, la autoconfianza, el bienestar, el compañerismo, la consecución de objetivos o, entre otras cuestiones, las habilidades para la vida. La muestra ha contado con 4.000 niñas de entre 13 y 17 años, en 9 países europeos, y en España ha participado la Facultad de Psicología de la Universidad de Valencia.
Todavía son mayoría los chicos pero en la última década se ha doblado el número de chicas que juegan a fútbol en nuestro país con licencia federativa. Un dato a tener muy en cuenta a la hora de romper prejuicios y estereotipos de género en este deporte. Y la realidad parece transmitir que para las chicas, jugar a fútbol no solo es un medio de diversión y hacer amistades.
El hecho de que sea un deporte tradicionalmente practicado por hombres y el no potenciar la feminidad como hacen otros deportes (gimnasia, natación, voley, patinaje…) puede influir en los efectos mentales y emocionales del fútbol en las chicas. Da un fuerte sentimiento de autoestima, ayuda a superar la ansiedad, están menos pendientes de sí mismas y les da fuerza para conseguir sus objetivos. El estudio se ha hecho comparando jugadoras de fútbol con deportistas de otras disciplinas y con chicas que no practican ningún deporte.
Isabel Castillo, coordinadora del estudio UEFA en España, destaca cómo estos beneficios también alcanzan a el resto de actividades fuera de la vida deportiva, así como la calidad de las relaciones humanas generadas en el ámbito del equipo. “Hay gran diferencia entre las amigas que tengo del instituto y las del equipo. Con ellas hacemos algo conjunto, algo que crea un valor añadido al hecho de charlar y tomar un café. Cuando jugamos juntas se crea otro tipo de energía”, así habla una jugadora danesa participante en el estudio.
Es este un sentimiento de pertenencia al grupo que reafirma la individualidad fuera del campo. Por las características comentadas del fútbol, vetado por décadas a las mujeres, incluso de manera inconsciente aporta a las jugadoras una fuerza interior y un estado emocional muy positivo. No es de extrañar que la UEFA haya elegido para su campaña el lema ” Together #WePlay-Strong” (Juntas Jugamos Fuerte) subrayando que los resultados son convincentes: “Si queremos que las adolescentes mejoren su autoestima, hagamos que jueguen al fútbol”.
Cuando se les pregunta, las jugadoras no hablan de romper barreras de género. La motivaciones por las que empiezan a jugar son innatas: porque es divertido, porque quieren, por juntarse con sus amigas… El objetivo es que no se encuentren esas barreras en su camino. No habrá que perder de vista la enorme oportunidad de negocio que todo esto supone. Las televisiones ya están entrando en él y muchas marcas lo tienen en su punto de mira.
Nunca hubo motivo para poner trabas a las niñas que querían jugar a fútbol , pero estudios como este van a ayudar a toda la sociedad a mirar este deporte con otra mentalidad y permitir que ellas jueguen tan fuerte como los chicos.