ZARAGOZA| En una semana crucial para los intereses del Real Zaragoza, el equipo ha vuelto a los entrenamientos. Entre las novedades, destaca el regreso al césped de Keidi Bare. Un efectivo más en la medular y que supone una oportunidad perfecta para convertir en realidad aquello que dijo David Navarro. “Un equipo suele ser a imagen y semejanza a su entrenador” y qué mejor le podría pasar al Zaragoza que ser el reflejo de Gabi y en especial, en el centro del campo, donde el madrileño brilló con luz propia.
Tras recuperar al albanés, Gabi Fernández tiene disponible a todos sus efectivos en la posición que parece más fuerte del Real Zaragoza. Sin embargo, esto no ha sido siempre así. A pesar de contar con los efectivos suficientes, muchos partidos empezó a perderlos en el punto que se cocinan, en la sala de máquinas. Con Raúl Guti y Francho Serrano asentados en el once, el técnico madrileño podrá contar ahora con más alternativas de cara a la primera de las 9 finales que restan.
Por otro lado, Gabi no dispone de todos los futbolistas en la parcela más vulnerable del equipo, la defensa. Con Nieto trabajando al margen y Lluís López todavía en el dique seco, el Real Zaragoza está obligado a continuar el campeonato con una zaga blanda e incompleta. De cara al encuentro frente al CD Mirandés en La Romareda, el conjunto aragonés tiene el deber de disipar buena parte de los fantasmas y ofrecer un nivel defensivo apto para la categoría.
