La afición del Real Zaragoza ya no puede más. La mala gestión del Consejo de Administración y la pésima situación deportiva del equipo han llevado a los aficionados a manifestarse antes del encuentro ante el Fuenlabrada. No es la primera protesta que se organiza en las últimas semanas pero sí podemos decir que ha sido la más multitudinaria llegando al millar de aficionados.
El hartazgo y la desesperación ha hecho mella en la afición del Real Zaragoza, siempre fiel a su equipo, paciente y entregada. Pero ya no. Hay que decir basta. Basta de una situación que está arrastrando al Real Zaragoza a la desaparición. Basta de la inacción y la incompetencia de quienes deben tomar decisiones. Basta de la permisividad ante quienes han conducido al club aragonés a la peor situación de su historia.
Por ello, desde un par de horas antes del comienzo del encuentro, la afición zaragocista se ha dado cita en los alrededores de La Romareda. El objetivo ha sido, por un lado, animar a los jugadores a que saquen esta situación adelante. Por otra parte también se ha pedido, frente a la puerta de acceso al palco, responsabilidades a la directiva del club. En la protesta se han podido ver pancartas en las que se leían mensajes como “Zaragoza merece más”, “Menos intereses, más soluciones” o “Alierta, Yarza, Forcén, Cuartero. Culpables”.
La afición del Real Zaragoza quiere que la directiva dé explicaciones
De esta forma, la afición del Real Zaragoza exige al Consejo de Administración que reaccione. Hace apenas cinco días se despidió al director deportivo, Lalo Arantegui. Desde entonces no se ha encontrado nadie que quiera ocupar su lugar. La negativa se extiende al banquillo. Después de comunicar su cese a Iván Martínez, el club no encuentra entrenador y el míster, sabiéndose destituido, debe seguir dirigiendo al equipo.
El director general, Luis Carlos Cuartero, que también estaba en la cuerda floja, ha encontrado de momento, los apoyos suficientes para continuar en el Real Zaragoza. Es él quien está al frente de las negociaciones para incorporar un nuevo entrenador. Una operación que a día de hoy, está siendo un absoluto fracaso.