Cuando sufrimos una lesión, ya sea en el ámbito deportivo o por accidente, lo primero que solemos pensar es en el dolor, la inmovilización y el tiempo de inactividad. Sin embargo, uno de los aspectos más cruciales y a menudo subestimados en el proceso de recuperación es la alimentación. Lo que comemos puede ser el factor determinante entre una recuperación rápida y eficaz o una prolongada y llena de complicaciones. Una nutrición adecuada no solo favorece la curación de los tejidos lesionados, sino que también reduce la inflamación, fortalece el sistema inmunológico y mejora la función general del cuerpo.
Cuando sufrimos una lesión, el cuerpo entra en un estado de reparación y regeneración. Ya sea un esguince, una fractura, un desgarro muscular o cualquier otro tipo de daño, el cuerpo necesita recursos para reparar los tejidos dañados. Estos recursos provienen de los nutrientes que ingerimos. Las proteínas, los carbohidratos, las grasas saludables, las vitaminas y los minerales desempeñan papeles específicos en la curación.
Las proteínas son la base de la estructura de los músculos, los huesos, la piel y otros tejidos. Tras una lesión, el cuerpo aumenta la producción de nuevas células y tejidos para sanar la zona afectada. Este proceso de curación requiere una gran cantidad de proteínas. La síntesis de proteínas es clave para la regeneración muscular, la reparación de ligamentos y tendones, y la curación de heridas.
El consumo de alimentos ricos en proteínas asegura que el cuerpo tenga los aminoácidos necesarios para llevar a cabo esta tarea. Entre las fuentes más recomendadas se encuentran las carnes magras (pollo, pavo, ternera), el pescado (especialmente los pescados grasos como el salmón y la trucha, ricos en ácidos grasos omega-3) y los huevos, lácteos (queso, yogur) y legumbres.
El nivel recomendado de proteínas varía según la gravedad de la lesión, pero en general se recomienda entre 1.2 y 2 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal al día. Incluir proteínas en todas las comidas es una buena estrategia para asegurar un flujo constante de nutrientes hacia los músculos y tejidos en proceso de curación.
Combatir la Inflamación con Alimentos Anti-inflamatorios
Las lesiones, especialmente los esguinces y desgarros musculares, provocan una inflamación natural del área afectada. Sin embargo, cuando la inflamación se vuelve crónica o excesiva, puede retrasar el proceso de curación e incluso causar más daño a los tejidos. Una de las formas más eficaces de controlar la inflamación es a través de la alimentación.
Algunos alimentos tienen potentes propiedades antiinflamatorias que ayudan a reducir la hinchazón y aliviar el dolor. Entre ellos se incluyen: omega-3: Los ácidos grasos omega-3 son conocidos por sus propiedades antiinflamatorias. Se encuentran en pescados grasos (salmón, sardinas, atún), nueces, semillas de lino y aceite de oliva virgen extra; cúrcuma: Contiene curcumina, un compuesto que actúa como antiinflamatorio natural. Se puede consumir en polvo, en infusión o incorporada a platos; jengibre: Similar a la cúrcuma, el jengibre tiene propiedades que ayudan a reducir la inflamación y el dolor muscular; frutas y verduras ricas en antioxidantes, como arándanos, cerezas y cítricos, que ayudan a combatir el daño celular producido por el proceso inflamatorio.
¿Dónde encontrar los mejores alimentos?
Recuperarse de una lesión no solo requiere reposo y fisioterapia, sino también una dieta adecuada que proporcione todos los nutrientes necesarios para regenerar los tejidos, reducir la inflamación y fortalecer el cuerpo. Alimentos ricos en proteínas, carbohidratos, grasas saludables, vitaminas y minerales son esenciales para acelerar el proceso de curación y garantizar que el cuerpo vuelva a su nivel óptimo de funcionamiento. Para ello, acudir a un mercado local puede ser la mejor idea para así conseguir los alimentos más frescos y de mejor calidad, como es el caso de MercaZaragoza, que es una plataforma logística especializada en agroalimentación más importante del Valle del Ebro. Una plataforma de distribución, comercialización, transformación y logística que funciona las 24 horas del día con el objetivo de garantizar el aprovisionamiento de alimentos en su ámbito de influencia.
Una buena nutrición no solo facilita la recuperación de la lesión, sino que también contribuye a prevenir futuras lesiones al fortalecer los músculos, los huesos y el sistema inmunológico. Por lo tanto, para aquellos que estén en proceso de recuperación, es fundamental darle al cuerpo las herramientas necesarias para sanar de la mejor manera posible: a través de una alimentación consciente y equilibrada.