Ante la Cultural fueron Melero y Moi quienes ocuparon los interiores, como en Sevilla. Pero en esta ocasión actuaron más alejados de Aguilera que de costumbre, lo que posibilitó que el Huesca dañara mucho más cerca del área rival y que la propia Cultural se encontrase muy incómoda en salida.
Ferreiro fue el mayor estilete ofensivo de los azulgranas, gracias también a las incorporaciones de Brezancic, y Pulido y Jair, en anticipación y contundencia, impidieron que el cuadro leonés pudiera progresar desde los envíos en largo desde atrás.
El Huesca, en ventaja, se protegió dejando a Gallar como falso ‘9’ y el gran cambio de Rubén de la Barrera, retrasando a Yeray para introducir a otro centrocampista y ganar asociación y fluidez más arriba, no surtió efecto.