Una nueva derrota para el casillero del Real Zaragoza. Van 4 en las últimas 5 jornadas. Una derrota merecida a juzgar por los flagrantes errores defensivos y el nulo peligro en ataque. El Real Zaragoza solo ha marcado dos goles en los últimos seis encuentros.
Ante el Mallorca, la defensa del Real Zaragoza fue un auténtico circo. Aunque los blanquillos comenzaron el partido con dedicación y actitud, el orden se fue perdiendo por minutos y todos los males se acrecentaron tras la expulsión de Nieto. Una expulsión injusta pero que, probablemente, no afectó a la derrota final.
Víctor Fernández volvió a introducir cambios en el equipo, más incluso de los esperados. Ros y Eguaras ocuparon el centro del campo, adelantando con ello la posición de Igbekeme y situándolo por una banda izquierda en la que el nigeriano no termino de sentirse cómodo. Cuando Ibgekeme conducía por dentro y permitía a Nieto desplegar su potencial en ataque era cuando el Zaragoza tuvo sus mejores jugadas atacantes.
Biel, por la derecha, estuvo totalmente desaparecido y Pombo, intentó combinar con Linares, casi siempre sin fortuna. Ambos jugadores dejaron claro que, al menos de momento, no se entienden. Los jugadores no terminan de localizar a sus compañeros en el césped y con ello, les cuesta tener una visión completa del juego blanquillo. Los cambios que Víctor realiza jornada a jornada tampoco ayudan a ello.
Las lesiones castigan de nuevo
Dorado, tras un fuerte golpe, se tuvo que retirar y la entrada de Muñoz fue un mazazo para el Zaragoza. Y es que precisamente, los atacantes del Mallorca encontraron entre los centrales zaragocistas una autopista directa hacia la portería de Cristian. Delmás por la derecha pasó continuos apuros defendiendo a Lago Junior.
Resulta llamativo que hasta tres defensas del Real Zaragoza hayan tenido que abandonar el terreno de juego durante las primeras partes de las últimas jornadas. Les ha ocurrido a Benito, Dorado y Guitián. Unos contratiempos que hacen mucho daño al equipo.
El Mallorca tuvo más posesión en la zona clave del campo, dejando el balón al Zaragoza solo para pelotear sin sentido en torno al círculo central. En en el descuento, minuto 47, se adelantó el Mallorca en el marcador por medio de Raíllo.
El Zaragoza más oscuro
En la segunda parte y con el 1 a 0 en el marcador, el Real Zaragoza mantuvo la calma, pero Víctor decidió introducir cambios. La entrada de Soro por Pombo, buscaba más chispa en ataque y un mejor entendimiento con Linares. Poco después, era Álvaro quien ingresaba en el terreno de juego por Ros.
Un cambio claramente ofensivo que hizo que Igbekeme tuviera que retrasar su posición para emparejarse con Eguaras. El equipo apenas pudo demostrar sus intenciones con un disparo de Vázquez, porque 5 minutos después, Nieto era injustamente expulsado y el Real Zaragoza se quedaba con 10.
Ya sin cambios, Víctor Fernández no tuvo margen para reaccionar. El Mallorca aprovecho su superioridad para hacerse con el balón y pasarle por encima al Real Zaragoza. Fueron dos goles más, para cerrarse la goleada en el 3 a 0, pero pudo ser mucho peor.
Cristian volvió a salvar al equipo de una goleada vergonzosa, pero las vergüenzas de los centrales no pudieron ocultarse. Sea por falta de concentración o ausencia de calidad, lo cierto es que la pasividad de la defensa zaragocista ante el Mallorca fue absoluta.
Incluso, se pudo ver a Igbekeme en varias ocasiones retrasar su posición a la carrera para intentar solucionar las barbaridades defensivas cometidas por Muñoz. Un cúmulo de despropósitos que hicieron que el Real Zaragoza se derrumbase en lo anímico y en lo futbolístico.
El Zaragoza sacó a relucir su peor versión con fallos, especialmente defensivos y la actitud de los jugadores en la recta final del encuentro. Malas caras, recriminaciones y brazos bajados. Un Real Zaragoza más propio de la etapa más oscura de Alcaraz que de la “era Víctor”. Esa es la mayor vergüenza de un conjunto que ha dejado de ser equipo.