La Carrera del Ebro ha vuelto a ser un rotundo éxito en su decimoséptima edición, consolidándose como una de las pruebas más emblemáticas del calendario atlético en Aragón. Organizada por la Brigada Aragón, la cita reunió este domingo en Zaragoza a 3.750 corredores, marcando un incremento de 500 participantes más que en 2024 y 700 más que en 2023. Un crecimiento que refleja su atractivo, al combinar deporte, naturaleza y acercamiento entre la sociedad civil y el ámbito militar.
Los vencedores de la jornada
En la prueba de 25 kilómetros, el más rápido fue Álvaro Osanz (Zenit La Mafia) con un tiempo de 1.29.16, seguido por Achraf Sellak (Stadium Casablanca, 1.32.40) y Víctor Gallego (BCG I, 1.34.12). En categoría femenina, la victoria fue para Berta Comeras (Birds Training and Health), quien cruzó la meta en 1.54.41, escoltada por Natalia Fernández (1.57.11) y Claudia Dragomir (Trail Running Zaragoza, 1.59.04).
En la prueba de 13 kilómetros, la victoria se decidió por segundos. Alberto López (Atletismo Bejarano) se impuso con 48.03, seguido de Pablo Bueno (Ejército del Aire y del Espacio, 48.27) y Daniel Garín (Club Atlético Oroel, 48.39). En la categoría femenina, el triunfo fue para Cristina Gimeno con 57.53, con July Romero (59.14) y Leyre Ledo (OCR Aragón, 59.22) completando el podio.
Un recorrido único y ambiente inmejorable
La carrera, como es tradición, se estructuró en tres modalidades y dos distancias: la exigente 25K Trail, la más popular 13K Trail y una andada no competitiva de 13 kilómetros. Desde las 9:00 horas, los atletas partieron desde el Estadio Corona de Aragón, recorriendo el espectacular entorno del campo de maniobras de San Gregorio y la Base San Jorge, así como las cercanías del río Ebro.
Pese a un cielo cubierto, la temperatura fue ideal para correr: 8 grados en la salida y 12 al cierre de la prueba. Miles de aficionados se dieron cita para animar a los corredores, quienes cruzaron la meta entre vítores y aplausos.
Más que una carrera, una experiencia
Uno de los grandes atractivos de la Carrera del Ebro es su carácter cívico-militar, que refuerza los lazos entre deportistas y las Fuerzas Armadas. Todos los participantes contaron con servicios de vestuarios en los campos de la Real Federación Aragonesa de Fútbol (RFAF) y recibieron una medalla conmemorativa al finalizar el recorrido. Tras reponer fuerzas con el avituallamiento, muchos disfrutaron del tradicional vermú post-carrera en un ambiente de celebración.