Desde hace meses, Alejandro Francés se ha convertido en una pieza indispensable en los esquemas del Real Zaragoza. Las lesiones de los que, en principio, partían como centrales titulares favoreció la promoción de Francés a un once que requería rendimiento inmediato. El joven zaguero ha encadenado ya siete titularidades consecutivas en liga, con un rendimiento in crescendo adquiriendo callo competitivo. El de ayer en Cartagena fue uno de sus partidos más completos.
Mejora constante de Francés
Su compenetración con Jair Amador no es perfecta; nada en este equipo lo es. Sin embargo, el maño absorbe cada partido conceptos posicionales de su veterano compañero de zaga que le permite competir a un mayor nivel. Asimismo, las cualidades de uno y de otro son bastante complementarias con base a lo que exige JIM a sus centrales. Francés, gracias a su velocidad, tiene la capacidad de anticiparse al esférico y corregir mejor la posición, mientras que Jair aporta una mayor contundencia cuando el esférico vuela por área propia. Tener estos dos tipos de centrales te permite jugar a distintas alturas del terreno de juego.
Una de las cualidades que hacen destacar a Francés por encima del resto es su salida de balón. Contra el Cartagena, el zaragozano, además de tener un acierto en el pase del 91% (39/43), impregnó velocidad al esférico cada vez que este pasaba por sus botas. Un central que juega rápido a dos toques y acierta en el destino del pase facilita que el ritmo del juego sea alto. Cada vez se le ve más suelto en esta faceta y, a su vez, toma decisiones más inteligentes y pragmáticas.
El Efesé no fue un rival atosigador y constante en sus llegadas. Cristian Álvarez tuvo que intervenir en contadas ocasiones, y en el gol poco pudo hacer ante el desconcierto de la defensa zaragocista. Quizá, este es uno de los aspectos en los que más margen de mejora tiene Alejandro Francés: la defensa en estático. Para un defensa juvenil que se adentra en la jungla del fútbol profesional (y más aún en la Segunda División) suele ser una de las situaciones de juego que más cuesta pulir. El gol de ayer no fue, ni mucho menos, error de Francés; más bien se le podría atribuir a la desorganización en la defensa posicional del Zaragoza y a una falta de intensidad incomprensible. No obstante, la juventud e inexperiencia de Francés se ha destapado, sobre todo, en este tipo de acciones.
En general, Alejandro Francés no es un jugador que acapare titulares. Su trabajo en la sombra no resalta tanto como en el caso del goleador en el día de ayer, Azón, o del talento de Francho en la medular. No obstante, la importancia que va adquirido Francés en este equipo no debería pasar desapercibida para nadie, más aún teniendo en cuanta su edad, su posición en el campo y lo complicado de esta temporada. A la espera del cedido Enrique Clemente, Alejandro Francés lo tiene todo para convertirse en un futuro no muy lejano en el baluarte defensivo del Real Zaragoza.