La SD Huesca arañó un punto de oro ante Osasuna. El técnico azulgrana limitó el juego rojillo en la primera mitad y lo puso a prueba en los minutos finales para conseguir la igualada. La estrategia, clave en ambas áreas.
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Sorprendió Rubi por los elegidos que conformaron el once del equipo azulgrana en El Sadar. Vadillo fue la sorpresa en la alineación del entrenador barcelonés, quedándose en el banquillo, reforzando el centro del campo y apostando por ‘Chimy’ Ávila en el lugar del gaditano. El Huesca impidió a Osasuna -lleno de talento- asociarse por dentro y le forzó a orientar su juego hacia los costados, acechando más y mejor por el izquierdo, el que comanda Clerc.
El conjunto local intentó inquietar desde la banda izquierda -más profunda y técnica- a los azulgrana, colocados en un 4-1-4-1 sin balón. Rubi dispuso una medular con Aguilera -ante Roberto Torres- como ancla y con Luso y Melero de interiores, ocupándose en todo momento de Arzura y Mérida, la sala de máquinas de los de Diego Martínez. En lugar del 4-4-2 con el que formaba el Huesca ante el Lorca cuando presionaba arriba, en El Sadar dejó a ‘Cucho’ más adelantado, no dificultando la salida rival, sino impidiéndole progresar desde el centro del campo.
Un bloque medio que no pasó apuros, donde lo importante era sujetar la medular gracias a la igualdad numérica llevada a cabo por dentro. Cuando el Huesca pretendía salir, Osasuna sí le apretaba con dos puntas -el referencia, David Rodríguez, y el enganche, Roberto Torres-, apareciendo Aguilera y bajando el interior del perfil que comandaba la salida, alejándose el contrario.
La entrada de Vadillo (56′ por ‘Chimy’) no alteró el sistema. Sí lo hizo el tanto recibido. Rescaldani (71′ por Luso) fue la referencia ofensiva azulgrana para los últimos veinte minutos. Melero se situó junto a Aguilera, ‘Cucho’ retrasó ligeramente su posición y Gallar apareció más por dentro, ocupando incluso el propio colombiano el espacio del catalán (4-2-3-1). Ahí, el Huesca apretó también la salida del rival como ante el Lorca -con dos puntas, ‘Cucho’ y Rescaldani-.
El cambio con el que Rubi propició el empate fue con la aparición de Ferreiro (82′ por Jair). El técnico quitó a un central, abrió mucho el campo por la derecha, Gallar se centró todavía más, ‘Cucho’ no se veía obligado a tener que caer tanto a ese costado y el propio Ferreiro -más Akapo- se encargó de dañar por ese carril. El Huesca pobló todavía más sus tres cuartos de campo. Retrasó a Osasuna y, después de que el mismo que perdiese la marca en el 1-0 igualase la contienda, le alertó para que no se soltara en ataque, manteniéndolo en su terreno, debiendo estar pendiente.
Los azulgrana, muy móviles por delante de Aguilera, veían como los locales no les acometían y se permitieron el lujo, gracias a la disposición de uno y otro conjunto sobre el verde, de terminar el partido en campo rojillo. Rubi se la jugó pero con la consciencia por delante en todo momento. Hábil, supo cómo dañar al rival y, a su vez, impedirle reaccionar.