Los dos jugadores más adelantados del conjunto azulgrana propiciaron que los de Rubi se alzaran con sus primeros 3 puntos en una tarde de regresos y fútbol práctico.
Renovada toda la parcela que naufragó en Soria -Pulido, Akapo y Luso en lugar de Carlos David, Alexander y Sastre- y ante un equipo menos directo desde atrás y menos veloz y desequilibrante arriba que el cuadro de Arrasate, el Huesca supo jugarle al Lorca, llevándose a su terreno las carencias del conjunto murciano.
La clave del triunfo se desarrolló donde los de Rubi son superiores a, ya no a los visitantes, sino a la mayoría de equipos de la categoría, en tres cuartos de terreno rival. Sin embargo, el Huesca no superó llegando a ellos, sino apretando la salida rival, recuperando el esférico en la medular y atacando a partir de ahí, en transición, con más efectivos y ante un Lorca abierto. Una victoria que se fraguó cuando ‘Chimy’ y ‘Cucho’ presionaban y bien a los centrales visitantes cuando pretendían salir con el balón jugado, algo que todavía lastraba más cuando Dorronsoro insistía en Holgersson… siendo diestro.
‘Chimy’ y ‘Cucho’ ahogaban a los centrales del Lorca, cuya lentitud y escasa capacidad para sacar el balón jugado fue aprovechadísima por un Huesca que ganó ahí. Sin lograr salir limpiamente, el Lorca perdía una y otra vez un esférico que recuperaban los azulgrana o a través de Melero -algo por delante de Luso, como se sitúa con Aguilera- o Pulido, pues era Holgersson quien más acaparó la salida lorquí. A partir de ahí, rápida transición junto al despliegue de Gallar por derecha y Vadillo por izquierda.
Así llegó el primero, de forma semejante el segundo y si el Huesca hubiera precisado más esa última acción habría terminado goleando. Melero y Luso, que debían acaparar mucho terreno constantemente, pues en parado no se recupera balón para avanzar directamente, fueron los azulgrana que más kilómetros recorrieron (5,8 km.) y que mayor velocidad media alcanzaron en el primer acto (5,7 km./h.). Todo como consecuencia de cómo se desarrolló el juego hasta el descanso, debiendo también corregir todos los movimientos de sus compañeros de ataque.
Resuelta la trama, quedó tiempo para las ovaciones y para disfrutar de la versión ‘mediapuntiana’ de Melero, igual o mejor a la anterior, cuando forma parte del doble pivote. Rubi quiso blindarse por dentro para, como consecuencia, cerrar el encuentro y metió a Aguilera (63′ por Gallar), que se emparejó a Luso, obligando a Melero a adelantar su posición. Ferreiro (73′ por ‘Chimy’) refrescó el costado izquierdo -Vadillo pasó a la derecha- y por último Sastre (82′ por Luso) le ofreció continuidad al juego, algo que el técnico barcelonés, de forma acertada, quería. En eso sí que Sastre funciona, y mucho.
Un Lorca en desventaja en el marcador e inferior al Huesca, intentó encontrar en Bustos un escape para mejorar su salida, pero sobre él siempre iba a estar un Melero que, liberado, pudo incrementar su renta particular. No será la última vez que actúe ahí -cercano al área-, donde sus prestaciones y, por ende, las del equipo, todavía son mejores.