Termina el entrenamiento. Estiramientos en el círculo central. Un puñado de periodistas espera en la banda a que lleguen Porfirio Fisac. La organización controla todo al milímetro y ajustando rigurosamente al segundo la agenda. Aunque aquí lo tienen más sencillo. No hay mucha gente. Nada que ver con la cola de cámaras y alcachofas acurrucadas en el ‘photocall’ del Martín Carpena donde calentaba el Real Madrid un kilómetro más al Este. No habrá favoritos, pero sí diferencia de clases en la atención mediática. Capital y provincias.
Porfirio llega resuelto, con paso alegre, cruza por delante de los ‘juntaletras’ y se va a estrechar la manaza del ‘Faro de Meiras’. “Un pívot como tú me vendría bien”, lanza como bienvenida a Anicet Lavodrama, africano pionero en la Liga Endesa y ahora alcaldable en Ferrol y residente en Málaga.
Unicaja, el primero en la Copa
La sesión había terminado sin novedad. Sin lesionados, que ya está bien. Tras llegar por la noche al hotel Costa del Sol de Torremolinos, el último de los ocho candidatos, el Casademont Zaragoza estiraba los músculos en los Guindos, el hangar convertido en semillero de las promesas del Unicaja. Sus grandes, los tallos verdes, circulaban por el vestuario, porque les habían precedido en el trabajo, y ahora casi sin cruzarse con los que serán sus rivales mañana (21.30) en el último partido de los octavos que amanecerán hoy al anochecer.
¿Quién es el favorito? ¿El tercer clasificado de la Liga Endesa o el anfitrión que no se ha metido entre los ocho primeros? Porfirio se mosquea cuando quieren colgarle esa etiqueta, desnivela la balanza hablando del presupuesto y emborrona a la prensa en esa táctica de llevarles por delante en los pronósticos. Se mosquea. No le preocupa tanto la derrota en Manresa ni que le falte ese pívot, aunque añore a un Lavodrama en exhuberancia con el OAR, porque piensa en que la Copa es diferente, se encaja con parámetros distintos a la Liga, se mastican emociones inconfundibles, y ellos han venido a divertirse y a competir. Sin más.
“La Copa es diferente, es un evento para disfrutarlo, para sentirlo para vivirlo. Nosotros tenemos las ideas claras, hemos venido a hacer bien nuestro trabajo. El rival y los condicionantes que lo rodean, que sea el anfitrión, lo pone difícil”, sentencia el entrenador segoviano. Con la única baja del cubano Javier Justiz, el técnico del Casademont Zaragoza afirmó que “la plantilla está bien, no ha habido ningún percance, así que los que tenemos aquí vamos a estar al cien por cien”.
La Copa de 2014
Los antecedentes, tanto el partido de esta temporada como la Copa de 2014, donde el CAI Zaragoza apeó también al Unicaja en cuartos, no interesan a Porfirio Fisac para definir su previsión del encuentro de mañana. Rebajar euforias y presiones es el mantra de este entrenador de discurso ‘de barrio’. “La Copa no tiene nada que ver. Es baloncesto puro, corazón. La Liga es clasificación. Son partidos distintos y el grado de experiencia suele afectar bastante”, explicó el preparador del Casademont, que alabó la plantilla del Unicaja y remarcó la distancia de presupuesto entre ambas entidades.
Luego hablaron los veteranos. Rodrigo San Miguel se refleja ilusionado por jugar una Copa de ese rojo que él contemplaba de pequeñín como ganador. Soñar es gratis, pero él aprieta el freno de la cordura. El capitán piensa que el Casademont llega en un momento a esta cita, pese al correctivo recibido en el Nou Congost. “Aunque vengamos de una derrota, eso nos ha valido para poner los pies en el suelo. Sabemos que la Copa es diferente”, comentó el base zaragozano.
El recuerdo de Fran Vázquez
Fran Vázquez se abraza a media Málaga en los Guindos. Ganó en Zaragoza su primera Copa con Unicaja en 2005 y quizá no estaría nada mal darle la vuelta a la camiseta y la ciudad quince años más tarde. “Recuerdo que tenía 18 años y como me arropaban ese grupo de jugadores. Ahora venimos con ganas”, reconocía uno de los históricos de la competición como un ‘malaguita’ más.
Tarde libre después de que cinco jugadores (Carlos Alocén, Vit Krejci, Tryggvi Hlinason, Dylan Ennis y Javi García) tuvieran que cumplir con el protocolo de lucir palmito por la Fan Zone y calentar la muñeca a base de autógrafos de niños despistados, tratando como ídolos a aquellos que el viernes freirán como boquerones en su rabia cajista. Algunos se pasarán por el Carpena para ver los partidos de los rivales que, quien sabe pero todos quieren, se encuentre el finalista con el que se peleen por la Copa. Una, sí, diferente, en la que el Casademont es un poco más favorito que otras veces, quizá muy poquito más.