Inmersa la SD Huesca en una segunda vuelta que avecina apasionante y debido a la posición de privilegio que ostenta, es de obligada reflexión mirar al pasado para saber qué deparó el segundo tramo de la temporada pasada que tan buen recuerdo dejó a la afición azulgrana.
Y es que el fútbol no son matemáticas y buen ejemplo de ello es la SD Huesca de Juan Antonio Anquela, quien mediada la Liga se situaba en una undécima posición con 28 puntos, a 3 de un ‘playoff’ que finalmente acabaría disputando, lo que viene a demostrar que la buena dinámica de las primera vueltas sirve para allanar el camino, para sentar las bases y posicionarse en un lugar próximo al objetivo final, objetivo que finalmente fue superado con creces.
El Huesca del curso anterior, con 35 puntos en la segunda vuelta -el tercer mejor tras Levante y Tenerife-, alcanzó la histórica sexta posición que le concedió el derecho a jugar un ‘playoff’ de ascenso a Primera División por primera vez en su historia.
Al observar con detenimiento la tabla de la campaña pasada a estas alturas, hay algunos casos de equipos que llaman poderosamente la atención. Uno de ellos es el colista por aquella jornada 21, el Nàstic, quien tras acabar en última posición la primera vuelta con unos pobres 18 puntos, logró no sólo salvarse con una renta suficiente (+4), sino que firmó números de ‘playoff’ consiguiendo nada más y nada menos que 34 puntos en la segunda vuelta.
Resulta llamativo el calco que prácticamente se produjo en las puntuaciones de la primera con la segunda, con la salvedad de que el intratable Levante bajó el pistón en la recta final tras conseguir un holgado ascenso de categoría. Eso sí, la tabla refleja -casos muy concretos aparte- que los equipos que terminaron la primera vuelta en posiciones privilegiadas tuvieron mucha más dificultad para seguir el ritmo en la segunda, fruto de un empuje de los equipos inmersos en la lucha por el descenso, que lograron conseguir muchos más puntos de los esperados.
Llamativos son los casos del ya citado Nàstic o el Almería. Por contra, un equipo como el Elche, que llegaba con una cómoda renta de 27 puntos (+4), acabaría descendiendo tras firmar 17 puntos en una segunda vuelta paupérrima. En las zonas privilegiadas destacan las buenas dinámicas que adquirieron la SD Huesca y el CD Tenerife, este último firmando la mejor segunda vuelta tras el Levante de López Muñiz.
En cuanto a números globales existen dos diferencias muy evidentes en lo que respecta a lo sucedido esta temporada. La primera es el encarecimiento de las zonas nobles de la categoría. Si la temporada pasada eran suficientes los 31 puntos con lo que llegó el Sevilla Atlético al finalizar la primera vuelta al ‘playoff’, esta temporada han sido necesarios los 34 del Granada.
Por otro lado, el descenso se ha pagado algo más barato. No por puntos, pues en ambas temporadas han sido necesarios 23 para situarse fuera de la quema, pero sí por competencia, pues la rémora de equipos como Córdoba, Lorca o Sevilla Atlético, con apenas 16 puntos, contrasta con los 21, 20 y 18 de los conjuntos por aquel entonces en descenso la pasada campaña.
Números que sirven para poner en relieve la dureza de las segundas vueltas para los equipos que buscan como objetivo estar en la parte alta de la clasificación a final de temporada. La lucha feroz por evitar las posiciones de peligro siempre supone una rémora de puntos para los equipos que se ven inmersos en otros objetivos.