Iván Azón camina hacia su regreso. El canterano es el dueño del 9, el mejor aliado para Giuliano Simeone en la delantera. En el inicio de un año nuevo, La Romareda quiere cumplir un sueño de verano. En los mejores pronósticos estaba que Azón y Simeone formaran una pareja ilusionante en ataque, un binomio letal. Distintos en las formas y en el fútbol, les une su carácter competitivo y una fe que puede mover montañas.
Mientras Simeone es la gran ilusión, Azón está viviendo un curso extraño, muy distinto al que él mismo había imaginado. Las lesiones le han dejado en un segundo plano, sin continuidad y con unas dudas que le afectan en el ánimo y en el juego. Los caminos del fútbol siempre fueron impredecibles y el guión del verano no se ha cumplido en el invierno.
La pretemporada señaló a Azón como el nueve que el Real Zaragoza necesitaba. En ese punto, se le vio explosivo, inspirado, con esa luz especial que tienen los delanteros cuando marcan. Una lesión fortuita en Marbella le apartó hasta la sexta jornada. El pronóstico de su traumatismo se complicó hasta provocarle un edema óseo, una de esas dolencias raras, extrañas también en los pronósticos. Regresó tarde, frente al Sporting de Gijón, y lo hizo muy lejos de su fútbol.
Marcó ante el Oviedo y frente al Villarreal B asistió a Zapater en el gol de la victoria. Fue su mayor alegría de la temporada y llegó en el preludio de su mayor derrota. Segundos después del tanto, se dejó caer sobre el césped de La Romareda. Esta vez fue un episodio muscular, una rotura de fibras en la parte posterior del muslo, que le ha dejado sin fútbol hasta la segunda vuelta. Si en su primera lesión se dejó llevar por la urgencia, ahora se guía por la paciencia, por el retorno de las buenas sensaciones.
La situación de Iván Azón llegó a alertar a los servicios médicos. Su propia anatomía, particular desde su adolescencia, hace que los plazos con él siempre sean distintos. Ahora, el club se fía de las impresiones del jugador, que no ha terminado de verse en plenitud en las últimas semanas. Le necesitan para el tramo decisivo de la competición, para el momento exacto en el que los cursos se resuelven. En el regreso a los entrenamientos, el cuerpo técnico ha apreciado una evolución en su recuperación.
La afición le espera para el duelo ante el Mirandés e intuye que puede formar con Giuliano Simeone una delantera de siameses. Azón, por su parte, espera que en 2023 lleguen sus goles y también el mejor de todos sus regresos.
Este Azón recuerda a López… un 9 procedente del futbolístico barrio Oliver…