Un quinto puesto en Primera División del Córdoba, el próximo rival de la SD Huesca, bien merece un espacio en esta nueva sección.
El Córdoba no está pasando por su mejor momento en la historia de la Segunda División del fútbol español, ya que su actual temporada no está saliendo como se esperaba en verano. Los resultados no están llegando de la manera deseada y, ahora mismo, es un equipo que está peleando por la permanencia en vez de buscar su regreso a Primera División. Sin embargo, el equipo andaluz ha dado mucha guerra a los grandes equipos nacionales, sobre todo, en la década de los 60, cuando estuvo siete años seguidos en la máxima categoría llegando a quedar quinto en la temporada 1964/65. Haber alcanzado esa posición es, sin duda alguna, su mayor hazaña. Una temporada para el recuerdo cordobés.
Ese inolvidable año Ignacio Eizaguirre entrenaba a una plantilla que se caracterizó por la seriedad defensiva, el carácter constante de todas y cada una de sus piezas y por tener un fortín. El Arcángel, emulando a las grandes fortalezas de la historia, fue una plaza imposible de sitiar para el equipo rival. Ni una victoria visitante y tan solo tres empates (Atlético de Madrid, Murcia y Las Palmas) cedió el Córdoba a sus contrincantes.
Aunque el registro más llamativo fue el muro que levantó Miguel Reina sobre su portería, ya que en casa el conjunto cordobés únicamente recibió ¡dos goles!. El Espanyol, obra de Di Stéfano, y el Real Zaragoza, con un autogol de Ricardo Costa, fueron los dos equipos que anotaron en El Arcángel, aunque terminaron perdiendo. Por el camino, los de Eizaguirre derrotaron a Madrid (1-0), Barcelona (1-0) o Athletic Club (1-0) entre otros equipos.
Al final de esa milagrosa campaña, el Córdoba acabó quinto con 35 puntos (la victoria todavía valía 2 y el empate 1), solo por detrás de Real Madrid, campeón con 47 puntos, Atlético, Zaragoza y Valencia, y por encima de potencias como Barcelona, Athletic o Sevilla. Los andaluces ganaron 16 partidos, empataron 3 y cayeron derrotados en 11, anotaron 36 goles y recibieron 34, 32 fuera de casa.
El once más repetido de esa temporada estaba compuesto por Miguel Reina en la portería; Simonet, Mingorance y López en defensa; Martí y Ricardo Costa en el centro del campo, y Luis Costa, Juanín, Miralles, Tejada y Cabrera en ataque. Once histórico que la afición recitaba de memoria. Así, el Córdoba firmó en la 1964/65 una hazaña difícilmente repetible en un futuro cercano; una hazaña imborrable.