La hazaña del próximo rival de la SD Huesca reside en estar peleando el ascenso a Primera año sí y año también, en que ningún golpe acaba con ellos.
Tres ‘playoff’ en los últimos cuatro años que han servido para situar al Girona como uno de los clubes más importantes y con mayor nivel de toda la Segunda División. Tres ‘playoff’ en los últimos cuatro años en los que Pablo Machín (en el primero fue Rubi quien estaba en el banquillo) se ha convertido en uno de los técnicos de moda de la división de plata, con un proyecto firme y con un objetivo claro: el ascenso. Tres ‘playoff’ en los últimos cuatro años que solo pueden desembocar, más pronto que tarde, en el mejor mar, en el océano de la Primera División. El Girona está a seis partidos de subir por primera vez a la Liga Santander y de hacerlo de forma directa evitando el ‘playoff’, su gran bestia negra.
En la temporada 2012/13, el equipo que entrenaba Rubi llegó a la final de la promoción de ascenso tras quedar 4º en la Liga y eliminar al Alcorcón por un marcador final de 4-1. En el último paso, el Almería rompió las ilusiones catalanas con una victoria en Montilivi (0-1) y otra en el Estadio Juegos del Mediterráneo (3-0). Dos años más tarde y después de salvar la categoría con mucho sufrimiento, el Girona volvería a pelear el ascenso gracias a la llegada del soriano Pablo Machín al banquillo. Esta vez, el destino iba a ser muy cruel con el equipo catalán. Y lo iba a ser por dos veces.
Con un gol de Caballero en el 89′, el Lugo empató sobre la bocina, lo que supuso que el Girona perdiera la segunda posición en la jornada 42 después de ocuparla desde la 35. Montilivi se llevó un golpe tremendo y el Sporting de Gijón ascendió. Ese año, los de Machín lograron 82 puntos y fueron el mejor visitante de la categoría. En la promoción de ascenso le tocó el Real Zaragoza. El 0-3 en La Romareda parecía ser decisivo, pero entonces, el cuadro gerundés sufrió una de las remontadas más increíbles que se recuerdan, al ganar el Zaragoza 1-4 en Montilivi.
Por último, el año pasado el Girona consiguió acabar cuarto después de una temporada en la que el inicio fue dubitativo y, el final, espectacular. De nuevo, los de Machín iban a jugar otra promoción de ascenso. Esta vez el Córdoba sería el primer rival, al que derrotaron en la prórroga tras forzarla en el minuto 81. Christian Herrera fue el héroe, logrando el gol decisivo que iba a permitir al Girona, otra vez, estar ante la posibilidad de ascender a Primera División. Sin embargo, Osasuna iba a ser un escollo imposible de superar. El 2-1 de El Sadar dejaba el partido abierto para la vuelta. Montilivi creía en la remontada, en marcar un gol que diera el soñado ascenso. No sucedió. Kodro, en el 47′, anotó el gol rojillo que significó la vuelta de Osasuna a la categoría de oro.
No obstante, este año, el Girona parece estar de nuevo al borde de la Primera División, ya que solo un final de temporada espantoso podría apartar a los catalanes del ya merecido ascenso.
La continuidad de un proyecto, el caer y levantarse año tras año, el desplegar un fútbol bonito, el consolidar a un equipo en Segunda División. La hazaña del Girona no se sitúa en una temporada concreta, si no que se prolonga en el tiempo durante un lustro entero.