El lunes 21 de mayo Asier cumplió 22 meses. A eso de las once y media de la noche, sus padres lo vistieron y se echaron a la calle como tantos oscenses. Los pasos de sus progenitores le llevaron a la Plaza de Navarra, y a hombros de su padre, Asier se puso a saltar y bailar.
Puede ser que fuera un acto reflejo, puede ser que queriendo imitar a la gente que le rodeaba, el niño quisiera emular sus movimientos, pero así fue, de forma natural y espontánea la reacción de este niño que probablemente nunca recordará qué hizo esa noche del 21 de mayo del 2018, aunque seguro que se lo contarán.
La historia de Asier será la historia de miles y miles de oscenses que el lunes se echaron a la calle, que festejaron no sólo en Huesca o en Lugo, sino en toda la provincia altoaragonesa. Será una historia que algunos contarán a sus hijos o a sus nietos, que quizá la podrán ver a través de los miles de vídeos emitidos por los medios de comunicación o grabados por particulares.
El triunfo del Huesca es el triunfo de todos, la felicidad de una provincia “pequeñica” pero que se hace grande con estas cosas, y la que te hace emocionar verdaderamente con su reacción y celebración. Decir que esto es histórico se queda pequeño. Era algo impensable hace 20 años, hace 10, hace 5, hace 3 e incluso si me apuran, hace 2 años, pero ya algún optimista recalcitrante seguro empezó a creérselo, y luego los jugadores y el club se lo contagiaron al entorno.
Ya hablaremos de lo que esto significa, también por mi parte pasaré alguna factura que no conviene olvidar, pero ahora sólo cabe festejar, cada uno a su manera, recordarlo eternamente y contarlo para que no se olvide ninguna historieta de estos días, por pequeña que sea. Todas suman, todas son importantes.
Yo quería contarles la historia de un niño tan pequeño que todavía casi no sabe hablar, pero que interpretó a la perfección lo que había que hacer en ese momento sin que sus padres le dijeran nada. Curiosamente, los padres de Asier no son “futboleros”, por lo que el niño desconoce casi por completo lo que significa celebrar un gol, o sentir amor a unos colores. Pero seguro que cuando sea mayor podrá leer estas líneas que su tío escribe, recordando con los ojos humedecidos de la emoción de algo tan simple como ver bailar de felicidad a un niño pequeño.
Asier Brau Pérez: cuando seas mayor y tengas razón para comprender estas líneas, recuerda cómo celebraste el histórico ascenso del Huesca. Ojalá tú y otros niños sintáis dentro este germen y el sentimiento azulgrana del Huesca se proclame cada vez más.