HUESCA | Patrick Soko se ha metido a El Alcoraz en el bolsillo. No ha sido fácil, ha sido una pequeña historia de superación dentro de una vida de película. Contra el Castellón pudo vivir su cénit, pero parece que el camerunés se ha ganado el corazón de la afición y que le esperan muchas tardes inolvidables en el estadio oscense. Soko ha jugado en Camerún, República Dominicana, México y en España y el Huesca le abrió las puertas del fútbol profesional. Su adaptación no ha sido sencilla, pero en su tercer año como azulgrana está explotando.
La historia de Soko
Cuando Soko habla de su vida reconoce que: “mi historia es un milagro”. El camerunés nace en Douala en 1997. Es hijo de un ex futbolista profesional, que llegó a ser internacional con su país, pero que no pudo hacer fortuna. Soko vivía en Camerúna en una casa junto con 18 familiares. Su padre no quería que Patrick fuera futbolista, pero el joven Soko estaba decidido a seguir los pasos de su papá.
Soko tenía un amigo que formó parte de la Fundación de Samuel Ett´o y que le abrió las puertas del fútbol. Cuando el actual jugador del Huesca jugaba en Primera División de Camerún, su amigo le consiguió una prueba en la República Dominicana. Soko en una entrevista reconoce que se metió en un ciber para comprobar que no le estaban engañando y cogió el vuelo que le pagaba el club dominicano. Su primer viaje en avión y pasó de Camerún a Etiopía, Brasil, Panamá y luego la República Dominicana. Hizo la prueba tras una primera semana en la que estuvo enfermo y se quedó ante la alegría de su familia. En el Cibao ganó la Copa Dominicana y también la caribeña.
Su buen rendimiento le llevó a hacer una prueba con el Atlas de México. El jugador la superó con creces y firmó un contrato de tres años. El club mexicano lo acabó cediendo al Atlantic y al Mineros. Cuando estaba en México le consiguieron una oportunidad en el Racing de Santander. El futbolista no se creía esta nueva oportunidad. Llegar a Europa, aunque fuera a Primera Federación era un sueño hecho realidad. En El Sardinero tardó en adaptarse, pero a los dos meses destapó el tarro de las esencias y llamó la atención del Huesca para subir una categoría más.
Su etapa en el Huesca
En Huesca no lo ha tenido fácil, pero nada comparado con su historia de superación. El primer año no se adaptó al fútbol de Cuco Ziganda. El segundo año volvió a Primera Federación y allí se salió en el Ibiza. Y este año con Hidalgo ha encontrado su mejor versión. Es el futbolista más rápido de Segunda División. Una bendición para un equipo que tiene pocas herramientas ofensivas. Ese rendimiento le ha abierto las puertas de la selección de Camerún y en El Alcoraz ha encontrado a una afición volcada que tiene al futbolista de 27 años a su nuevo ídolo.