Un 11 de octubre Francisco desembarcaba en la ciudad de Huesca para unirse al reto de mantener al equipo altoaragonés en primera división. El objetivo era muy complicado y finalmente no se logró, sin embargo, el técnico almeriense ha dejado huella en la entidad oscense por su personalidad y su forma de trabajo desde el principio hasta el final.
Sí hay algo en lo que se le puede reprochar es en que ha postpuesto hasta el final la toma de decisión sobre su futuro. Pero sí hay una cosa que sobresale en su persona es la honestidad que lleva por bandera. Si le guiara el corazón se hubiera quedado, pero en cuánto entra en juego la cabeza supo que tenía que abandonar la ciudad de Huesca para intentar crecer cómo profesional.
De rozar la cima a caer al precipicio
Cuando ruede el balón frente al Leganés, el técnico azulgrana habrá cumplido 30 partidos al frente del banquillo de la SD Huesca. Casi toda una temporada llena de quebraderos de cabeza para alinear un once competitivo, tras el déficit de puntos, preparación física y juego que dejó el periplo de Leo Franco.
Se puso manos a la obra y con la ayuda de su cuerpo técnico consiguió hacer un equipo competitivo que resistió duros mazazos tras caer en partidos en los minutos finales. Las ruedas de prensa en Mestalla y Vigo, dejaban en la memoria de todos los periodistas la cara de un Francisco derrotado, pero siempre con fuerzas de retomar la situación.
El Huesca no reblo y de estar a 11 puntos de la salvación en la jornada 21 tras el partido en Anoeta, encadeno una gran racha donde casi tocó la cima tras situarse a 3 puntos de la permanencia después de la victoria épica ante el Sevilla en la jornada 26.
Ese fue el momento donde el sueño se estuvo más cerca. A partir de allí, todo se volvió a torcer y el equipo oscense ha contado con 1 victoria, 5 empates y 5 derrotas sus últimos 11 partidos hasta la fecha.
Potenciador de Chimy Ávila y Ferreiro
Francisco llegó a un equipo sin alma donde muchos jugadores no contaban demasiado en las intenciones de Leo Franco. Si hay dos jugadores que tienen que estar cien por cien agradecidos han sido el argentino Chimy Ávila y David Ferreiro.
El delantero desde la llegada del técnico andaluz ha acumulado 9 goles que le han servido para situarse como tercer argentino con más goles en Europa, sólo por detrás de Leo Messi y Kun Agüero. Por su parte, el centrocampista gallego ha sido clave en la mejoría del Huesca por su polivalencia. Donde se encuentra más cómodo es en el extremo, sin embargo, ha actuado en diferentes posiciones amoldándose a los sistemas de 4 o 5 defensas, y siempre lo ha hecho a la perfección lo que le ha llevado a ganarse una renovación hasta 2021.
En la otra cara de la moneda, no ha sido capaz de sacar el rendimiento esperado de Melero o Cucho entre otros. En definitiva, ha dado la oportunidad a todos los componentes de su plantilla a excepción de Javi Varas.