ZARAGOZA | El Real Zaragoza abrirá el telón de la temporada el próximo sábado ante el Villarreal B. Cordero ha proyectado en este mercado un equipo distinto a todos los anteriores, prometedor en los nombres y en el fútbol. Poco importa que los resultados hayan sido mejores al inicio que al final del trayecto, a la espera de que el fuego real proporcione una medida exacta de su lugar en el inicio de la competición.
Mientras espera cerrar la plantilla en los extremos, el grupo se prepara para el estreno en La Romareda. La imagen del Trofeo Carlos Lapetra refleja la ilusión de una afición inagotable, que va en busca de un nuevo récord de abonados. Al menos 15.000 personas llenaron un partido de agosto y se espera que las cifras del próximo sábado sean todavía mejores.
El duelo sirvió para ensayar un nuevo modelo en el centro del campo, con el regreso al rombo. Es quizá la partitura que mejor encaja con la línea más reforzada hasta la fecha, el centro del campo. Allí, Marc Aguado, Toni Moya y Maikel Mesa se alían con Francho Serrano y han demostrado que pueden darle a este Zaragoza una identidad definitiva.
Todo indica que Germán Valera seguirá los pasos de Víctor Mollejo y será el siguiente en llegar. Mientras tanto, Sinan Bakis, Sergi Enrich e Iván Azón afilan sus remates, en una delantera plagada de nueves. Bermejo prepara su regreso y quiere volver a marcar los goles que fue capaz de marcar en el fin de curso.
Los ensayos se acaban y Escribá prepara su estreno liguero. Se medirá al filial del Villarreal, un equipo lleno de promesas y buenas intenciones, siempre derrotado por el Real Zaragoza. El fútbol volverá a La Romareda el próximo sábado y nunca un inicio pareció tan ilusionante.