ZARAGOZA | No debemos engañarnos más. Tras diez jornadas, es tiempo más que suficiente para darnos cuenta de que las cosas no se han hecho lo bien que se debería. El Real Zaragoza vive en un continuo “día de la marmota” desde que descendió a Segunda División. Las directivas, los directores deportivos, los entrenadores, incluidos los actuales, están convirtiendo el fracaso en una de las bellas artes. No es fácil perfeccionarse de tal manera en el error. Tropezar doce veces en la misma piedra. Intentar levantarse de esa caída y no empezar por quitar esa piedra del camino, sino que se deja en el mismo sitio.
Ninguna directiva se ha hecho fuerte en Madrid. La Federación y La Liga nos ningunean de manera evidente. Tebas, por ejemplo, dijo que por lo menos tardaríamos diez años en subir cuando se llevaba la mitad de ese tiempo. Nadie dijo nada en el Real Zaragoza. Los árbitros no le tienen ningún respeto al equipo, no digo que nos den, pero que no nos quiten. Ni una queja en la Federación. Miedo a que si lo hacen la cosa vaya a peor, demostrando ser la institución tan endeble en que nos hemos convertido.
Directores deportivos con sus luces y sombras. Algunos innombrables. Otros oscurecidos por el que parece el capitán de todos los ejércitos. Unos con menos dinero que un niño sin paga, y otros que sólo saben gastar el dinero cuando se convierte en derroche. Han fichado entrenadores que venían como meritorios, y aquí hay que venir aprendido, y otros que sabían de más, cuyo cualquier tiempo pasado fue mejor.
Hasta llegar al entrenador actual. Los anteriores se borran y se olvidan ante su imponente figura. Agradecimiento infinito a lo que consiguió, pero eso no consigue ocultar los muchos errores cometidos durante la pretemporada en la confección de la plantilla y en muchas de sus decisiones. La plantilla es corta en algunos puestos. Endeble y frágil en su condición mental. Demasiado joven para una categoría donde la experiencia es fundamental. No se puede decir en una rueda de prensa que la plantilla es demasiado joven cuando la has hecho tú y solamente tú. Que casi ninguno de los fichajes que ha hecho no le valgan, cuando lo has ha avalado él. Femenías, Kosa, Clemente, Adu Ares, Mari, son jugadores de un nivel muy dudoso para conseguir el objetivo del ascenso. El centro del campo sigue siendo inane, ni crea ni destruye. Un mal endémico que este año tampoco se ha curado. Se tienen cinco delanteros, y dos mediocentros y medio, siendo optimistas. Sólo hay un extremo puro, Adrián Liso, en la izquierda, y en la derecha tres actores cuyo papel es el de hacer de extremo derecho no consiguiendo engañar a nadie. Adu Ares es un fichaje deplorable, Bermejo le pone ganas, pero poca sustancia, y ahora aparece Francho por esa zona para certificar el fracaso en la composición de la plantilla. Soberon es cambiado todos los partidos siendo el máximo goleador de la plantilla y de la competición. Los canteranos fueron ninguneados y puestos en el mercado durante la pretemporada y son los que están sosteniendo al equipo. Sé que a los talibanes del Víctor no les gustará leer todo esto, pero la realidad es tozuda, y sí estas cosas las hubieran hecho Escribá, Velázquez, o Pep Guardiola, hubieran sido fusilados metafóricamente hablando al amanecer.
Con la ilusión de la afición y de los jugadores de la casa no es suficiente ante la realidad. Hace falta poso y sustancia. Mucho criterio y perder el miedo. Tomar decisiones válidas para el fútbol del siglo 21. Dicho esto, ojalá me lancen este artículo a la cara en junio del 2025 con el ascenso conseguido. Me tragaré mis palabras con mucho gusto, mercado de invierno mediante, pero lo haré igualmente, y si hace falta sin agua. Dicho esto, no hay más cera que la que arde, y esta de momento no hay quien la apague.