Tras tener el pasado año 12 fichas, contando a Pablo Domper y Víctor Demetrio, que reforzaban a su vez el primera nacional, Levitec Huesca volvía a repetir la fórmula esta temporada, pero sin vincular a ningún jugador de las 12 caras del primer equipo con los filiales peñistas. Guillermo Arenas es de los que les gustan las plantillas largas. No solamente por tener más piezas durante los partidos. Una plantilla larga asegura buenos entrenamientos. A su vez permite prácticas de 5 contra 5, a pesar de que haya ausencias por lesiones, enfermedad o molestias. Se vive más tranquilo y hay una mayor competitividad en la escuadra que al final hace mejores a los jugadores.
Todo iba de perlas, pero en apenas 3 semanas, Levitec Huesca ha pasado de 12 jugadores a 10. La lesión de Dani García apeaba al base catalán del rectángulo de juego al menos hasta febrero o marzo. A esto se ha unido la salida de Ander Urdiain, falto de minutos, buscando nuevos retos. El club se ha quedado con 10 fichas profesionales. A estas hay que sumar al canterano Pablo Gella, que lleva entrenando desde verano con el equipo de LEB Oro, compaginando el baloncesto con los estudios, razón por la que no puede asistir lógicamente a todas las sesiones. El oscense combina su último año junior con entrenamientos en los que ayuda a los de Guillermo Arenas, además de en el crecimiento propio como jugador. Un acierto que le viene de perlas en estos momentos al primer equipo.
Al club le toca mover ficha. Pero como es bien sabido, en una economía de guerra como la de Levitec Huesca, hay que ser pacientes. Mientras tanto, la salud es lo más importante. Tener a todo el equipo sano fundamental para preparar de la mejor forma posible los choques. El siguiente partido TAU Castelló, una batalla. Ahora más que nunca la piña dentro del vestuario se antoja más indispensable si cabe para afrontar los próximos retos, si bien el ambiente es ideal. Pero sobre todo, estar sanos mientras sean 10+1.