El trabajo en equipo es la habilidad para trabajar juntos hacía una visión común; la habilidad de dirigir logros individuales hacía objetivos organizacionales. Es el combustible que permite a la gente común conseguir resultados poco comunes- Andrew Carnegie.
En el otoño del 2010, junto con dos buenos amigos, realizamos un proyecto en el que ascendimos los 213 picos de más de 3000 metros de altura que hay en el Pirineo. Fueron 40 días de actividad infatigable, ilusionada y concienzuda.
Los 3 somos amantes de la escalada por crestas e hicimos de esta pasión el hilo conductor de nuestra aventura.
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Quisimos ascender todos los 3miles recorriendo el mayor número de aristas posibles. Esto complicó mucho la logística. Por un lado las conexiones perdían algo de lógica (picos que de forma fácil pueden encadenarse en días consecutivos requirieron de grandes aproximaciones e incluso transporte hasta el inicio de la actividad) y por otro lado, la dificultad de algunas de las escaladas nos obligó a cargar con poco peso, aumentando las visitas a refugios y fondos de valle, lo que dejó el contador de metros de desnivel al final en 64.666 metros ascendidos.
Más de una vez la gente me ha preguntado: ¿Qué es más duro? ¿Hacer expediciones a picos de 8 mil metros o subir todos los 3miles del Pirineo seguidos? Yo siempre digo que son experiencias deportivas diferentes, pero que una vez que ambas pasan a formar parte de los recuerdos acumulados en “tu mochila de la vida”, muchísimo más grande y poderoso es el recuerdo de los 3miles. Esta aventura la llevé a cabo junto a dos amigos del alma y eso por si solo conlleva toda una serie de situaciones que son las que moldean realmente “mis montañas”. La experiencia deportiva vivida de esta manera es más honda, más intensa y más enriquecedora.
Después de realizado el proyecto, estudiando lo vivido para aprender de ello, nos dimos cuenta de que había varios factores que habían sido claves para haber logrado el objetivo.
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Uno de ellos había sido el equipo. Los tres juntos fuimos mucho más allá de lo que cada uno por sí mismo hubiera sido capaz de alcanzar; y también hubo diferentes momentos en los que cada uno fue absolutamente clave para que el proyecto continuara.
Ir juntos es comenzar, mantenerse juntos es progresar, trabajar juntos es triunfar
Por las peculiaridades de nuestra aventura, durante esos 40 días de actividad pasamos muchas horas escalando por aristas sin ayuda de cuerda, no eran movimientos excesivamente difíciles pero no cabía el más mínimo fallo. A pesar de no estar encordados entre nosotros, ninguno perdió nunca la atención en sus compañeros, si uno iba mal (aunque él no se diese del todo cuenta o no quisiera reconocerlo para no ralentizar la progresión) los otros se lo hacían ver y se tomaban medidas alternativas.
Ser tres nos ayudó mucho también en la toma de decisiones; número impar, democrático y rápido para este aspecto.
Por supuesto que a lo largo de tantos días tuvimos buenos y malos momentos entre nosotros, hubo enfados y también alegrías; pero siempre, siempre, hubo confianza, comunicación y compromiso. No es fácil ser capaz de autoevaluarse y escuchar a los compañeros cuando estos ven flaquezas de uno mismo y las manifiestan; o aceptar la opinión diferente de los otros dos en la toma de decisiones, pero si ambos estaban de acuerdo cabía pensar que era por algo.
La habilidad de trabajar de manera colectiva es un activo que muchos líderes y reclutadores valoran hoy en día. Ya sea en un ambiente laboral, deportivo o cotidiano, debemos de ser capaces de apoyarnos en los demás y al mismo tiempo brindarles a ellos lo mejor de nosotros mismos. Esta es una clave muy importante para alcanzar más fácilmente aquello que nos propongamos. Muchas veces, tal y como ocurrió en nuestro caso, el trabajo en equipo es el combustible que permite a gente común alcanzar logros extraordinarios.
Como dice Michael Jordan – El talento gana partidos, pero el trabajo en equipo y la inteligencia gana campeonatos-.