El verano de Jorge Pombo se antoja complicado en el Real Zaragoza. Señalado desde el año pasado, el zaragozano lleva en rampa de salida desde el principio del mercado, pero ningún club quiere ofrecer por el la cantidad que exige el club.
Zaragozista de cuna, Pombo llegó al primer equipo en un intento del equipo aragonés de reflotar el sentimiento blanquiazul. Tras destacar, sobre todo la temporada anterior a la pasada, varios equipos de primera división echaron el ojo sobre el polivalente jugador.
Esto no pasó desapercibido para Pombo, quien exigía un aumento de sueldo que fue negado en todo momento por la directiva, lo que provocó que el jugador quisiera salir del equipo.
Qué supuso para Pombo la llegada de Víctor
Con la llegada de Victor Fernández parecía aclararse la situación, pero nada mas lejos de la realidad. Pasó de contar con bastantes minutos a los mandos de Idiakez y Alcaraz a pasar al ostracismo con Víctor.
Y es que el técnico zaragozano quiere jugadores comprometidos en el campo y a su juicio Pombo está mas pendiente de una oferta de renovación a su nivel que de darlo todo sobre el verde.
Fernández se lo dejó claro al director deportivo al iniciar el mercado: estos tres nombres tienen que salir, habiendo salido por el momento uno de ellos, Alex Muñoz.
Con la salida de Verdasca paralizada y la sorpresiva venta de Pep Biel, el Real Zaragoza ha tenido que rechazar las ofertas por Pombo, pues las consideran insuficientes. El mediapunta tiene ofertas de varios equipos de primera, como es el caso del Mallorca, aunque algún equipo de segunda también estaría interesado en sus servicios.
La situación que colmó el vaso para el fue el no ir convocado en el debut liguero de la temporada en La Romareda frente al CD Tenerife. Ni él ni el otro señalado como Verdasca se sentaron en el banquillo, muestra de que Victor, de momento, no cuenta con ellos.
Y es que su salida está en la recta final. El mercado cierra en dos semanas y el jugador tiene que barajar sus opciones para elegir donde terminará jugando en la presente campaña. Lo que está claro es que ambas partes deberán rebajar sus pretensiones económicas si quieren desencallar la situación antes del 2 de septiembre.