Esta es la pregunta del millón en caso de lesión de un deportista: ¿cuánto tiempo va a estar apartado de la competición? Pues bien, en este caso el tiempo necesario hasta la vuelta a los terrenos de juego de Akapo es variable, aunque en la mayoría de los casos se consigue tras 8 semanas de rehabilitación. Si hablamos de una persona que no es deportista de élite, el tiempo estimado asciende a los 3 meses.
Desde luego, todo depende del tipo de lesión, del tipo de rotura que tenga; total, parcial, arrancamiento (desgarros circunferenciales y pedunculares; y roturas longitudinales y transversales); y las lesiones mecánicas que pueden ocurrir cuando el complejo articular de la rodilla presenta un mal funcionamiento (como unos meniscos anormales, hiperextensión, ángulo ‘Q’ aumentado…). El tiempo de recuperación dependerá igualmente del tipo de cirugía que le practiquen, como veremos después. Pero antes, conozcamos un poco nuestros meniscos.
¿Qué es el menisco de la rodilla?
Los meniscos o cartílagos semilunares son fíbrocartílagos que forman parte de la articulación de la rodilla. El menisco es un componente de la articulación de la rodilla diseñado para transmitir solicitaciones (fuerzas) sin que se produzcan daños en el cartílago articular y participan en la distribución de las cargas, la estabilidad articular, la absorción de impactos y la lubricación articular, aumentando la congruencia articular y por lo tanto protegiendo al cartílago.
¿Cómo es el menisco de la rodilla?
Los meniscos son cuñas con pocos vasos que ocupan los compartimentos interno y externo de la articulación femoro-tibial. Se encuentran interpuestos entre los cóndilos femorales y las superficies tibiales. Aumentan la superficies de las cavidades glenoideas, haciendo cóncavas y compensando la discordancia articular. La pobreza vascular dificulta su reparación
¿Para qué sirve el menisco?
Son vitales en muchos aspectos de la funcionalidad de la rodilla. Las funciones más importantes de los meniscos son: distribuir las cargas reduciendo las presiones de contacto de la articulación, aumentar la congruencia articular, contribuir a la estabilidad articular, siendo además importantes en la propiocepción articular (la propiocepción es el sentido que informa al organismo de la posición de los músculos, es la capacidad de sentir la posición relativa de partes corporales contiguas).
Son, en resumidas cuentas, elementos fundamentales para preservar el cartílago articular garantizando la función articular y previniendo la aparición de la artrosis.
TRATAMIENTO DE LAS LESIONES MENISCALES
El tratamiento depende de la incapacidad que la lesión produzca al paciente, de la morfología de las rodillas y del paciente en sí. En las lesiones agudas traumáticas del menisco es importante valorar la necesidad de cirugía reparadora.
La cirugía del menisco se realiza habitualmente por artroscopia, es decir, se utiliza una cámara que se introduce por una pequeña incisura en la articulación, y así podemos identificar desde dentro el problema y solucionarlo.
Las dos técnicas más habituales son la meniscectomía parcial y la sutura meniscal. Se prefiere, siempre que sea posible, la sutura meniscal porque conserva el menisco íntegro y tiene mejor resultados a largo plazo. Cuando el menisco se rompe por su borde libre, sin embargo, se recurre a la extirpación parcial del menisco (meniscectomía parcial).
Ambos procedimientos se realizan por técnicas artroscópicas, y en muchos casos pueden abandonar el hospital el mismo día de la intervención o a la mañana siguiente.
Dependiendo del paciente y de sus antecedentes se realiza la cirugía con anestesia local o con anestesia raquídea. El procedimiento dura una media de 90 minutos y, tras él, el paciente deberá encarar su rehabilitación.
Desde hace años se desaconseja la extirpación total del menisco (meniscectomía) porque mutila la rodilla, produce una incongruencia de las superficies articulares y facilita el desarrollo de la artrosis compartimental de la misma.
Recuperación tras la cirugía
Tras la meniscectomía parcial el paciente puede apoyar el pie desde el primer día, aunque se recomienda una semana de reposo relativo. Posteriormente se recomienda rehabilitación para recuperar la funcionalidad de la rodilla. En mes, o mes y medio, se espera que el paciente haga una vida normal.
Tras la sutura meniscal el paciente debe permanecer 3 semanas sin apoyar la pierna, y moviendo de forma limitada la misma (no doblándola más de 90º). Pasado ese tiempo se inician el apoyo y la rehabilitación. Hasta los 4 meses tras la cirugía no puede reincorporarse a su actividad deportiva habitual.